Por Ariel Armero

El cambio de paradigma que tiene que ver con entender que los recursos de la Tierra cada vez alcanzan menos ha llegado a todos los sectores de la sociedad, incluido el económico. La bioeconomía tiene que ver con este cambio de paradigma, de pensar en un desarrollo sustentable y en políticas de Estado que incluyan sectores diversos de la cadena de producción, teniendo en cuenta el cuidado del medioambiente, la inversión en ciencia y tecnología para innovar en estos aspectos. 

Ariel Clebañer, Economista de la Universidad Nacional de Córdoba y Ernesto Turcato, Director Ejecutivo de la Incubadora de la Universidad Nacional de Rosario disertaron en el Seminario Zárate Campana 2022, sobre el tema en el panel “Bioeconomía. Claves para el desarrollo”, con la moderación de Mariano Galíndez, periodista del Canal Rural y del Grupo Litoral TV.

La bioeconomía tiene que ver con la gestión de la biomasa como hilo conductor: el planeta hoy consume 100mil millones de toneladas de recursos naturales anualmente, lo cual se está volviendo insostenible desde el punto de vista ambiental” explicó Clebañer y agregó que actualmente “estamos consumiendo 1,7 veces la capacidad de generación de recursos, es decir consumimos más rápido de lo que se pueden recuperar”.

Según el especialista, pensar en la bioeconomía es pensar en la reducción de la pobreza, en términos de producción de alimentos, es pensar en mejorar el impacto ambiental y lograr un desarrollo económico con recursos renovables.

Por este motivo, el economista plantea que es clave el desarrollo de tres ejes:

  • la promoción de la ciencia
  • un rol activo del Estado en términos de regulación y marcos normativos, que promueva la inversión en infraestructura y la de inversión del sector privado 
  • la presencia del sector financiero para que sea sostenible en el tiempo en términos de rentabilidad

Frente a la posibilidad de oportunidades de negocios, se expresó Clebañer quien manifestó que se observan “muchas oportunidades de nuevos negocios vinculados al transporte, la industria agropecuaria, la industria energética, el manejo de los residuos, pero es fundamental la vinculación de los tres sectores: público, científico y financiero”.


En la misma línea, Ernesto Turcato expresó que “solo es posible el desarrollo de Argentina basado en la bioeconomía si hay participación hiperactiva de los sectores industriales, sin ellos no vamos a poder y va a ser una oportunidad perdida. Y ya Argentina ha perdido demasiadas oportunidades”.

Según Turcato, el desarrollo de la bioeconomía requiere de una acumulación política; un plan que reconozca las limitaciones y plantea objetivos a corto y mediano plazo; interés en la gestión para llevar adelante ese plan; inversiones en el sector ciencia y tecnología, primero desde el sector público y luego desde el privado; y la comprensión que Argentina siendo un país periférico tiene una enorme capacidad de investigación y producción científica que hoy está siendo desaprovecha. 


En ese sentido recuperó un concepto del panel anterior “Innovación tecnológica y producción”, el de “transferencia ciega”. Es decir que muchas de las investigaciones argentinas que se difunden a través de papers, terminan siendo utilizadas por empresas extranjeras que patentan luego inventos para generar negocios. 

Si yo tomo un “paper” producido en Argentina ya publicado y lo pongo en mi registro de patente con el cual voy a facturar y hacer negocios, estoy ahorrándome tener que pagar la investigación esa, que pagó la inversión pública nacional. Hay que seguir publicando pero necesitamos capturar la renta de eso”, explicó. 

Lo que sucede con la bioeconomía y la investigación científica es lo mismo que sucede con el cine o con el fútbol. Tenemos grandes referentes pero no capturamos valor, sino que el valor se captura afuera. Lo que se necesita es generar fortaleza sistémica, tiene que darse entre el sector público, los investigadores y tiene que estar el sector industrial, es fundamental”, finalizó.