La batalla por el puerto de Montevideo involucra a las empresas Katoen Natie y Montecon, que suman demandas y reclamos sobre un negocio millonario.

Hace casi dos décadas hay una suerte de guerra fría entre dos empresas por el negocio de la carga, descarga y almacenaje de contenedores que involucra a más de 200 millones de dólares al año y que emplea a unas 1.000 personas. Acusaciones a nivel político, amenazas de demandas de cientos de millones de dólares contra el Estado y denuncias han pautado los últimos dos años de este enfrentamiento.

Hacia fines de la década de 1980, el de Montevideo era considerado un “puerto sucio” por las navieras internacionales. La traducción de ese puerto sucio no era otra cosa que un puerto con riesgo de conflictos, paros sorpresivos, poca seguridad, falta de infraestructura o maquinaria deficitaria.

La situación cambió cuando en 1992 el gobierno de Luis Lacalle Herrera aprueba la ley de puertos, que permite establecer terminales especializadas y darle concesiones a privados, a fin de establecer el régimen de “puerto libre”, lo que permite que la carga en tránsito no tenga restricciones aduaneras.

Tras sucesivos intentos fallidos por concesionar una terminal de contenedores, finalmente en 2001 se crea la Terminal Cuenca del Plata (TCP) por parte del gobierno de Jorge Batlle, y se le concesiona la administración y operación de la terminal de contenedores hasta el año 2031.

Se subasta el 80% de las acciones de TCP, quedando el 20% restante en manos de la Administración Nacional de Puertos.

El ganador de la subasta fue el grupo belga Katoen Natie que pagó 17 millones de dólares por las acciones, se comprometió a realizar inversiones y a abonar un canon anual variable al Estado en función de los contenedores movilizados.

Desde el año 2000 opera además en el puerto de Montevideo la empresa Montecon, utilizando las áreas y muelles públicos. Esta empresa fue fundada por el grupo Schandy y otras firmas y luego vendida al grupo chileno Ultramar que en 2018 incorporó como socio al grupo canadiense Atco.

La convivencia entre Montecon y Katoen Natie se rompió en 2008, cuando comenzó la batalla por el puerto.

Ambas empresas, Katoen Natie y Montecon competían entonces por las líneas marítimas que descargan y cargan contenedores en el puerto de Montevideo.

Katoen Natie acusa a Montecon de utilizar los espacios públicos con un régimen que no existe en la normativa portuaria y Montecon argumenta que este régimen de almacenaje existe al menos desde 1960 y fue establecido por el gobierno del Partido Nacional de ese entonces.

Según Montecon, en este régimen la ANP es la usuaria del espacio y les permite a privados que depositen carga en lugares que administra.

El gerente de Relaciones Institucionales de Katoen Natie argumenta que un operador, como el caso de Montecon, puede estar habilitado a operar, pero no autorizado a utilizar los espacios públicos en el puerto de Montevideo.

En el medio de estas disputas entre las dos principales empresas que operan con contenedores en el puerto de Montevideo, quedaron los exportadores.

El 80% de las exportaciones de Uruguay salen del puerto de Montevideo y la secretaria ejecutiva de la Unión de Exportadores Teresa Aishemberg indicó que, pese a esta competencia, para ellos los costos aumentaron.  Fuente: Telenoche, Uruguay