Por Adrian Luciani (*)
Pese al duro panorama económico del país, ambas empresas confían en una recuperación del sector y mantienen un proyecto escalable, con posibilidad de ser ampliado por módulos.

Aunque nadie lo haya confirmado oficialmente, es un secreto a voces que Transportadora de Gas del Sur (TGS) y Excelerate Energy continúan avanzando para la construcción de una planta terrestre de gas natural licuado (GNL), en el puerto de Bahía Blanca.

Si bien en una primera etapa se trata de un proyecto menor al que estudia YPF, al poder ser construido en módulos escalables, según las necesidades del mercado, requerirá una menor inversión, lo que lo torna más factible en caso de que la economía nacional se recupere.

Seguramente un factor a tener en cuenta para pensar en la concreción o no de esta planta terrestre destinada convertir en gas natural licuado el gas natural proveniente del sur del país, para luego exportarlo o enviarlo a otros puntos de la Argentina, dependerá en buena medida de la concreción o no del gasoducto troncal desde Vaca Muerta.

Todos los deseos apuntan a que dicho conducto llegue a nuestra región, ya que generará una provisión de gas en cantidad suficiente como para posibilitar un proyecto de este tipo.

Sin embargo, otros especialistas sostienen que por más que la traza del gasoducto pase lejos de Bahía Blanca, esta mayor provisión de gas a la zona norte de la provincia hará que disminuyan los requerimientos a los gasoductos que sí pasan por la región, generando mayor disponibilidad de un insumo básico, no solo para la planta de GNL, sino para la expansión del polo petroquímico.

Gabriela Aguilar, Exelerate Energy

Quien viene refiriéndose al tema con bastante asiduidad es Gabriela Aguilar, gerente general en el país de la empresa texana Excelerate Energy.

La directiva, con más de 30 años de experiencia en el sector energético, confirmó que la compañía mantendrá el buque de regasificación ubicado Escobar el próximo año.

También ratificó los planes de avanzar junto a TGS en la realización de una terminal de licuefacción en el puerto local para exportar el gas de Vaca Muerta.

Se trata de un proyecto on-shore escalable con módulos de 4 millones de m3 cada uno de capacidad, con una inversión de hasta u$s800 millones por cada uno, y que se puede ampliar hasta un total de 16 millones m3.

En diálogo con el diario Ambito Financiero, Aguilar aclaró que el interés de los productores “es ir de a poco”.
Cuando se le preguntó si hay proyectos para exportar el gas de Vaca muerta, Aguilar señaló:

“Buscamos dar una solución para los productores de gas en exceso en el verano. Es un proyecto modular, escalable. Proyectos más grandes requieren más capacidad de transporte y procesamiento. Se va a ir ampliando, sin hacer toda la inversión al mismo tiempo”, dijo.

Agregó que la idea de Excelerate es seguir trabajando e invirtiendo en el país en lo que hace al transporte de GNL.

“La idea es desplazar el consumo de carbón o de combustibles líquidos en las centrales. Nos interesa la conversión de convertir barcazas a GNL.

“La Argentina no necesita gas todo el año, tiene reservas de Vaca Muerta a las que tiene que encontrarle una vuelta”, puntualizó.

Excelerate es una vieja conocida de los bahienses ya que fue la que en 2008 trajo al país el primer buque regasificador, el cual permaneció amarrado durante diez años en el muelle de Compañía Mega, donde está la barcaza de licuefacción “Tango”.

La compañía aún posee un buque regasificador en el puerto de Escobar y según Aguilar, tener esos buques representó un ahorro de u$s12.000 millones, por menor consumo de combustibles líquidos para generación eléctrica y menos importaciones de gas de Bolivia.

Excelerate además, fue protagonista en el proceso iniciado por el anterior gobierno nacional de exportación de GNL por el puerto local, a través de la barcaza “Tango” que alquiló YPF.

Sobre la situación del mercado y los precios del GNL, Aguilar dijo que desde antes de la irrupción de la pandemia eran bajos porque existía una sobreoferta en el mundo.

“Hay muchos proyectos de licuefacción que no estaban alineados con la demanda y el consumo en Asia estaba muy retardado. Se esperaban precios bajos, entre unos 6 o 7 dólares por millón, por los próximos seis años. Sobre esa condición llegó la pandemia, la demanda se cayó y el precio bajó entre 3,5 y 4 dólares”.

De todas manera, dijo que con el invierno en el Hemisferio Norte los valores se empezarán a recuperar y confió en que varios proyectos de licuefacción que fueron pospuestos comiencen a tener chances.

“La demanda se empezó a mejorar un poco y los precios están mejorando, aunque vemos precios relativamente bajos para los próximos años, en el rango de los 4 o 5 dólares”, indicó.

Seguramente 2021 deberá ser clave, como lo debió haber sido 2020, para la definición por sí o por no de los grandes proyectos vinculados al GNL.

Mientras tanto, hasta ahora no hay novedades en torno a qué pasará con la barcaza de licuefacción local y las dudas aumentan, sobre todo porque ya debería haber comenzado con la producción estacional de GNL. (*) La Nueva, Fotos: Pablo Presti