En el marco de una nueva reunión de la Comisión Asesora Técnica de la Acuicultura (CATA), dependiente de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura de Nación, se aprobó el proyecto para equipar el Laboratorio de toxinas marinas de Ushuaia.

La reunión fue presidida por el director nacional de Acuicultura, Guillermo Abdala, y contó con la participación de la ministra de Producción y Ambiente de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Sur, Sonia Castiglione.

En el caso particular de la mitilicultura en Tierra del Fuego, el proyecto en tratamiento complementará las inversiones de empresarios de diverso porte, de forma tal que la producción proyectada para 2025 alcanzaría entre 3.500 y 4.500 toneladas anuales, sumando 250 puestos de trabajo al esquema formal, con más de 12.000.000 de dólares en divisas”, expresó el subsecretario de Pesca y Acuicultura, Carlos Liberman.

Por su parte, Abdala señaló: “La provincia constituye un ejemplo de desarrollo acuícola diversificado y sustentable, que cuenta con la mayor proyección en el cultivo de proteínas acuáticas de consumo mediante una matriz de producción multitrófica de moluscos bivalvos, con enfoque comercial y de calidad”.

Para hacer efectivas estas potencialidades, es de suma importancia que la política nacional de desarrollo sustentable de la acuicultura logre adaptarse a las características y particularidades de cada región productiva, aplicando eficazmente las herramientas de promoción y desarrollo previstas en el Régimen de Fomento y Desarrollo para el crecimiento del Sector Acuícola (Ley 27.231)”, agregó Abdala.

La Comisión se constituyó en el salón de la Casa de la Provincia para intercambiar junto a expertos científicos nacionales y provinciales y, posteriormente, evaluar el proyecto presentado por la provincia junto a los integrantes de INTA, SENASA, INIDEP, INTI y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo sostenible.

La iniciativa, que alcanza los $ 19.356.239, está enfocada en el fortalecimiento de las capacidades para el monitoreo y seguimiento de la producción mitilicola en la provincia.

El financiamiento se realizará a través del Fondo Nacional para el Desarrollo de Actividades Acuícolas (FONAC), una vez cumplimentada la firma del convenio.

En ese sentido, el núcleo del proyecto consiste en la puesta en valor del Laboratorio de Toxinas, lo que implica incorporar equipamiento específico de monitoreo para la sostenibilidad del Sistema de Clasificación de Zonas Productivas de Moluscos Bivalvos. Además, se busca consolidar un programa preventivo para la detección temprana de indicadores de floraciones algales nocivas que afectan a la producción acuícola.

De esta manera, se impulsará el desarrollo sostenible de la mitilicultura fueguina posibilitando que la misma esté en capacidad se realizar el seguimiento y el monitoreo de la producción local de mejillones. Así, se verán disminuidos notablemente los costos inherentes a estas actividades, que impactan directamente sobre la competitividad de los emprendimientos, a la vez que se acompaña la iniciativa de los productores locales.

Castiglione expresó que “es una alegría haber formulado este proyecto, pero también que nos miren con un ojo crítico para ayudarnos a superar algunas cuestiones técnicas, sobre todo teniendo en cuenta que esta propuesta es única en el país.”

Esta visión, plasmada en los proyectos que se vienen ejecutando en las distintas jurisdicciones con financiamiento del FONAC, acompaña y alienta las iniciativas de negocios del sector privado, que marcan un camino de colaboración virtuoso y complementario para el desarrollo de la acuicultura nacional, permitiendo en ese diseño que a la fecha estemos superando inversiones privadas superiores a los 30 millones de dólares”, completó Liberman.

Bajo esta línea de trabajo planteada en la Comisión Asesora Técnica para la Acuicultura (CATA), se visitaron también emprendimientos dedicados al cultivo del mejillón en la localidad rural de Puerto Almanza para continuar la exploración del estado de base y posterior control de las iniciativas a financiar localmente, así como también, de la sostenibilidad de la actividad en términos productivos, ambientales, sanitarios, económicos y sociales.