Es sobre esto que venimos alertando desde hace años los gremios, asociaciones empresarias e instituciones ligados al sector, cuando promovimos una nueva normativa para desarrollar la marina mercante y la industria naval que fue aprobada por todas las fuerzas políticas en el Congreso en 2017 pero vaciada de contenido y finalmente diluida. La prolongación de la concesión no era más que la punta de un iceberg: el de la ausencia total de una política de desarrollo que aprovechara a la Hidrovía como recurso dinamizador de las economías regionales, alentando la inversión privada, la creación de empleo y, también, el control soberano de nuestras aguas territoriales.