Por Ariel Armero
En el 31º aniversario de la creación del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, es con gran orgullo y una profunda conexión personal que me gustaría reflexionar sobre el crecimiento y la transformación de un puerto que ha sido un pilar no solo para la comunidad, sino también para mi propia familia.
Como bahiense, he sido testigo de primera mano de la evolución del puerto, un viaje que corre en paralelo con la vida y obra de mi padre, Carlos Armero Sixto, quien desde que emigró de España dedicó gran parte de su vida al desarrollo y promoción de los puertos argentinos.
En un trabajo visionario, en el que se refiere especialmente al puerto de Bahía Blanca, Armero Sixto publicó en 1970 su libro: “Argentina: El Reto del Puerto Profundo”, que sentó las bases para lo que hoy se ha convertido en uno de los puertos más modernos y un ejemplo de gestión para nuestra nación.
Hoy en día, el Puerto de Bahía Blanca no es solo un puerto; es un símbolo de lo que se puede lograr a través de la previsión, la colaboración y la búsqueda incansable de la excelencia. Como señaló Santiago Mandolesi Burgos, Presidente del Consorcio, durante su entrevista con un medio de Ingeniero White, “El puerto nace con la ciudad. Es un puerto que tiene casi 200 años de historia, y su importancia no puede subestimarse. Los últimos 30 años, desde la creación del Consorcio, han sido una era de decisiones positivas y crecimiento que consolida a Bahía Blanca como el puerto más importante de Argentina.”
Los números hablan por sí mismos, explica Mandolesi: En 1993, el puerto tenía 70 hectáreas en operación; hoy cuenta con 240, con planes de continuar expandiéndose. El puerto ha pasado de manejar 11 millones de toneladas de carga al año a un impresionante 27-28 millones de toneladas, con picos que alcanzan los 30-32 millones de toneladas. Este crecimiento exponencial no solo ha diversificado los tipos de carga—de granos a contenedores e hidrocarburos—sino que también ha beneficiado a la comunidad. Como enfatizó Mandolesi, “El desafío ahora es asegurar que el crecimiento del puerto sea acompañado por el crecimiento de la comunidad portuaria.”
Aunque la cancelación del proyecto de la planta de GNL fue un revés, es alentador ver que las mismas tierras reservadas para la planta ahora están atrayendo nuevas empresas, con inversiones como la expansión de Mega por Olvedal por $25 millones de acuerdo a lo explicado por el presidente del Consorcio portuario. El puerto de Bahía Blanca sigue estrechamente vinculado al crecimiento de Vaca Muerta, estableciendo nuevos récords mes tras mes. Esto no se trata solo de logros actuales; se trata de asegurar que Bahía Blanca siga siendo un punto clave de salida en los próximos años.
Las palabras de mi padre, Armero Sixto, resuenan ahora más que nunca: “La urgencia de contar con un puerto profundo en Bahía Blanca, con la capacidad de recibir bulkcarriers de 50.000 toneladas y más, es crucial para acceder a puertos de aguas profundas en el extranjero”. Su visión de un puerto que pudiera acomodar los barcos más grandes se ha convertido en realidad, y el futuro es más brillante que nunca a medida que el puerto continúa expandiendo y modernizando las instalaciones.
Finalmente, me gustaría reconocer el factor humano: las personas que han sido la fuerza impulsora detrás del éxito de este puerto. Desde los directores y gerentes hasta los trabajadores portuarios, cada individuo ha desempeñado un papel fundamental en esta historia de éxito continuo. La estabilidad proporcionada por políticas a largo plazo (todo un logro que el primer consorcio portuario argentino ha consolidado a través de los años) y un compromiso con la mejora continua permitió construir un modelo de gestión sana y acción estratégica que sostendrá este crecimiento por generaciones.
Mientras celebramos 31 años del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, recordemos que esto no es solo un logro para el puerto, sino una celebración de la comunidad que lo respalda, una comunidad que siempre ha sido, y seguirá siendo, la verdadera fortaleza de Bahía Blanca.