Hay alerta por la insistencia en dragar este cauce secundario del rio Paraná. Por falta de calado hoy ya no podrían largarse regatas como las que tuvieron lugar durante los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018. 

Por Agustín Barletti

Las tres nuevas islas frente a la costa de San Isidro, que se esperaban para dentro de 100 años y surgieron antes de lo previsto, encendieron todas las alarmas en la náutica deportiva.

En una nota dirigida al ministro de Transporte de la Nación, Alexis Guerrera, la Federación Argentina de Yachting (FAY) destacó la “llamativa aceleración en la consolidación de islas y bajos en zonas que hasta hace muy poco eran navegables. Los lugares en donde se celebraron campeonatos internacionales como, ser los mundiales de las clases Optimist, Star, 470 y 49 er. como así también los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, hoy ya no pueden utilizados para navegar“.

En la misiva, que lleva la firma del presidente de la FAY, Luis F. Velasco, se afirma que sectores cercanos al canal Mitre a la altura de Olivos, también han sufrido una fuerte disminución de la profundidad, al igual que todo el frente de costa que va desde aeroparque hasta San Isidro. 

“Este fenómeno que a nuestro entender dista de ser  natural, está poniendo en serio riesgo la futura navegabilidad de toda la zona, generando serios perjuicios a la industria naval mediana, afectando al turismo, y generando una severa modificación de la naturaleza de serias consecuencias a nuestro ecosistema”, resaltaron desde la FAY.

Frente a la gravedad de la situación, la FAY ofreció su aporte y el punto de vista del navegante deportivo, y pidió un asiento en los organismos donde se están decidiendo estas cuestiones

Velasco, junto a Alberto Urani, Comodoro Yacht Club Argentino, se reunieron asimismo con Hernán Darío Orduna, vicepresidente 1° del Consejo Directivo del Ente Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable, para ponerlo al tanto de la situación.

Este aceleramiento pone en duda la viabilidad de seguir hablando del canal Mitre. Si no hacemos algo, en poco tiempo ya no tendremos río frente a las costas de zona norte. 

Este proceso que se adelantó está dejando al deporte náutico de zona norte sin un lugar donde realizar competencias. Luego, toda la costa de la ciudad de Buenos Aires hasta el muelle de pescadores está en serio riesgo de perder sus condiciones de navegabilidad y esto además generaría un problema en las tomas de agua de la ciudad.”, dijo Urani a Transport & Cargo.

Desde la FAY, también alertaron sobre el desastre ecológico que podría producirse en una ciudad como la de Buenos Aires, que fue pensada frente a un rio abierto.

“Nos empeñamos en modificar un río que siempre busca su cauce natural y lo estamos forzando a que vaya por un lugar por el que no quiere ir. Esto obliga a sacar barro y tirarlo en algún sitio. En un futuro cercano tendremos más islas y una suerte de hilo de agua frente a la ciudad con lo que eso significa para la provisión de agua potable y la posibilidad de sufrir severas inundaciones“, adelantó Velasco.

Desde la FAY también recalcaron un tema clave como la seguridad de la navegación: muchas veces la Prefectura Naval Argentina se encuentra impedida de atender un rescate por el bajo nivel de agua.

Esto también afecta a la industria naval liviana. Si no se va a poder navegar más, la gente ya no comprará más barcos por lo que desaparecerá la gran cadena de astilleros orientada a la náutica deportiva.

Con diez medallas olímpicas en total, una de oro, 4 de plata y 5 de bronce, la vela es el segundo deporte que más preseas aportó al país luego del boxeo.

ENFERMO TERMINAL

Lo cierto es que el Canal Mitre es joven comparado con la histórica traza que durante 300 años utilizó el río Paraná Guazú. El Mitre, se habilitó en 1977 con errada concepción, y asentado en un hipotético conflicto limítrofe con Uruguay ya resuelto en 1973 por el Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo.

El río Paraná se bifurca en el kilómetro 231. Un 77% de su caudal se dirige al Paraná Guazú que es su afluente principal, y solo un 23% a la vía secundaria del Paraná de las Palmas por dónde pasa el Canal Emilio Mitre.

La Argentina insistió en su error en 1995, cuando concesionó la vía navegable por el Canal Mitre. Es así como en el último cuarto de siglo se dragaron en esa traza unos 742 millones de metros cúbicos. Para graficarlo, es como si se hubiesen llenado 1.800 estadios de River Plate con el limo extraído. La labor de la empresa dragadora fue impecable desde lo técnico y profundizó con absoluta eficiencia por donde le indicaba el contrato de concesión rubricado con el Estado nacional. El error fue elegir la ruta del Canal Emilio Mitre que hoy se presenta como un enfermo terminal.

La opción superadora pasa por el Paraná Guazú – Pasaje Talavera, Canal Buenos Aires, Río de la Plata y Canal Magdalena, junto a la ampliación en ancho de solera y la profundización del Canal Coronel Martín Irigoyen a efectos de potenciar el polo de Zárate y Campana. La solución está allí, al alcance de la mano, en una ruta que respeta la historia y la naturaleza, y que permite un calado de 40 o 42 pies desde el corazón de la producción argentina al mar.

Para el gobierno, a cargo de la próxima licitación de la vía de navegación troncal, este es un gran desafío. Si se piensa en una traza navegable para el próximo cuarto de siglo, no es lógico seguir insistiendo con la vía secundaria del Canal Emilio Mitre que ya no permite mucho más dragado por falta de espacio donde colocar los sedimentos extraídos. ¿Para qué empeñarse en una vía que a duras penas puede mantenerse en 34 pies cuando el Paraná Guazú ofrece en varios de sus tramos profundidades naturales de hasta 40 metros, o sea 121 pies? A su vez, al estar vinculado el Paraná Guazú al régimen del Río de la Plata, no le afectan las bajantes que hoy complican al Canal Mitre.

Es de esperar que el gobierno le otorgue a la FAY una silla en los lugares donde se decide tan importante terma para que su voz sea escuchada. Fuente: Transport & Cargo