Adelantado a su tiempo, la gestión del presidente argentino sentó las bases de la integración regional, el Mercosur, el G77 y la OPEP. Fue un período de grandes inversiones en infraestructura logística.

Por Agustín Barletti

Se cumplen 57 años del golpe de Estado que derrocó al gobierno constitucional del presidente Arturo Umberto Illia. Tuve el honor de conocer al ex presidente argentino y de las múltiples charlas que mantuvimos publiqué la novela histórica “Salteadores Nocturnos”(Editorial de los Cuatro Vientos, 315 páginas).

Durante sus casi mil días de gobierno, se redujo el desempleo y la deuda externa, se achicó el gasto público a pesar de haberse aumentando los presupuestos educativos a porcentajes nunca más alcanzados y las partidas destinadas a salud y vivienda, con un crecimiento del PBI a razón de un 10% por año, en particular el PBI Industrial. En política exterior, la resolución 2025 de la ONU fue el primero y único éxito diplomático argentino en dos siglos de conflicto por las Malvinas.

En materia de transporte, a fines de 1965, la marina mercante argentina poseía 195 barcos con 1.089698 TRB, con una edad promedio de 18,8 años. Por entonces la Argentina tenía 0,84% del tonelaje mundial. El comercio exterior creció a 21,6 millones de toneladas de cargas, de las cuales los barcos argentinos transportaron 3,8 millones (18%), más de las tres cuartas partes en tráficos con países americanos. 

Ese año, la contribución neta al balance de pagos por parte de la marina mercante llegó a u$s 42 millones, de los cuales u$s 30 millones correspondieron al armamento estatal (por sí sola, ELMA produjo casi u$s 26 millones). 

En AFNE, actual Astillero Río Santiago, se inició la construcción de un buque-tanque de 10.000 TPB para YPF al tiempo que YCF aprobaba un plan para incrementar su flota propia de “carboneros”. También ELMA logró la aprobación de un plan de renovación con 18 buques a construirse entre los años 1966 a 1972, siempre en astilleros argentinos.

En lo que respecta a la infraestructura para una mejor integración con los países vecinos, la administración Illia avanzó con el proyecto de electrificación del Ferrocarril Trasandino entre Mendoza y Polvaredas, y el mejoramiento del camino internacional entre Mendoza y Las Cuevas, obras aptas para cualquier tipo de carga. La conexión con el Paraguay se vio fortalecida mediante la terminación de la ruta 12, que une el sistema mesopotámico con la ruta internacional de Curitiba a Asunción y la finalización de la ruta nacional 11 entre Resistencia y Clorinda. Finalmente, la pavimentación de la ruta nacional 34, entre Rosario.

Durante su presidencia se construyeron 4.959 kilómetros de caminos y tal cifra se triplicaba al proyectarse al año 1969. 

Un adelantado

El 28 de octubre de 1965 Arturo Illia se reunió con su par chileno EduardoFrei con el fin de avanzar en la integración regional y dejar de lado históricas diferencias.

Lo que pocos saben, es que ese día Illia le propuso a Frei el armado de una Confederación Argentino Chilena con sede en la ciudad de Córdoba.

Con su perspectiva a largo plazo, el gobernante argentino entendía que el país precisaba un puerto en el Pacífico y le ofreció a Chile uno en el Atlántico. Nuestros vecinos lo utilizarían para exportar el cobre y nosotros para los granos. Su visión de estadista apuntaba a los países asiáticos como poderosos compradores de Argentina y Latinoamérica.

Este proceso de integración quedó lamentablemente trunco con el golpe de Estado de 1966. Trece años más tarde, los dictadores Jorge Videla y Augusto Pinochet estuvieron a segundos de arrastrar a los dos países a la guerra.

Meses antes de la Conferencia Internacional de Comercio y Desarrollo de Ginebra de 1964, por sugerencia de Arturo Illia,  reunió en Alta Gracia, Córdoba, a 77 países con las mismas inquietudes y perspectivas. La idea, que en definitiva se acordó, fue la de realizar una presentación conjunta frente a los países industrializados. Se consensuó una posición única y así nació el G-77. Hoy con el mismo nombre, pero conformado por 134 países, este bloque realiza declaraciones conjuntas sobre temas específicos, y coordina un programa de cooperación en asuntos relativos al comercio, industria, alimentación, agricultura, energía, materias primas, finanzas y asuntos monetarios.

Arturo Illia también fue un adelantado cuando, luego de anular los contratos petroleros, impulsó en 1965 el armado de la Asociación Regional de Empresas de Petróleo y Gas Natural en Latinoamérica y El Caribe (ARPEL). Con la reciente inclusión de los biocombustibles esta asociación aún está en vigencia y fue la antecesora de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

En 1968, Arturo Illia viajó a los Estados Unidos por invitación de la universidad de Harvard para participar de un seminario y conferencias sobre “Latinoamérica, meta del desarrollo”. Expresó en la ocasión su creencia respecto a que “algún día el mundo habría de integrarse en su totalidad, aunque previamente lo harían los continentes”. 

La OEA lo invitó en 1978 a Costa Rica, y también asistió en 1980 a las deliberaciones del Parlamento andino que se llevaron a cabo en Colombia. 

Antes de partir a Costa Rica, le pidió a su hermano Ricardo los u$s 210 que tenía ahorrados y que él guardaba. Los puso en su maletín y emprendió viaje. Cuatro semanas después, al regresar, le devolvió u$s 200 pues solo había gastado diez. Para esa altura, el reconocimiento internacional a Illia como líder en la integración regional era tal que nadie le permitía meter la mano en el bolsillo para pagar una cuenta.

Fuente: Transport & Cargo, El Cronista