Un inusual y estremecedor episodio ocurrió en las aguas del Estrecho de Magallanes, los primeros días de febrero, cuando un kayakista fue literalmente engullido y luego expulsado por una ballena jorobada. El protagonista de este impactante momento, Adrián Simancas, relató su experiencia en una entrevista televisiva, describiéndola como «una segunda oportunidad de vida«.
Adrián, quien practicaba kayak junto a su padre, Dell Simancas (49), en las aguas australes de Chile, sintió un golpe repentino desde atrás que lo levantó y succionó al mismo tiempo. “Fue como cuando te golpea una ola, pero mucho más fuerte. No sabía qué pasaba y mientras me hundía sin ver nada, pensé que había muerto”, recordó el joven.
La experiencia fue fugaz pero aterradora. “Estuve en su boca un segundo. Después, dos segundos más intentando salir de ahí. Sentí miedo porque no sabía si podría respirar, me pareció que tardé mucho en subir. Luego sentí que tenía una segunda oportunidad porque efectivamente sobreviví”, expresó Simancas en otra entrevista.
El kayakista describió el interior de la ballena como un espacio de tonalidades azul oscuro y blanco, con una textura babosa. “Pasé un segundo dándome cuenta de que estaba dentro de la boca de algo, que podría haber sido una orca o un monstruo marino. Pero luego, cuando sentí que me elevaba hacia la superficie, fue cuando me escupió”, relató.
Su padre, quien fue testigo del episodio, logró registrar el impactante momento en video y, por un instante, temió por la vida de su hijo. Puedes ver el video en GlobalPorts Canal
Un gigante de los océanos
El Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) de Chile explica que las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) son cetáceos cosmopolitas que habitan en todos los océanos del mundo. Durante el verano, migran a las aguas frías y ricas en alimento del océano austral, mientras que en invierno se desplazan hacia regiones tropicales y subtropicales para reproducirse.
Estos imponentes mamíferos pueden alcanzar tamaños sorprendentes: los machos miden hasta 15 metros y las hembras hasta 19 metros, con un peso que oscila entre 30 y 40 toneladas. Se caracterizan por su joroba prominente y su comportamiento acrobático, que incluye saltos espectaculares y giros en el aire antes de caer de espaldas al agua. Además, su soplo puede alcanzar hasta tres metros de altura.
Sernapesca también destaca que las ballenas jorobadas no sienten gran temor por las embarcaciones, lo que explicaría la cercanía con el kayak de Simancas.
El caso de Adrián y su padre se suma a una serie de interacciones inusuales entre humanos y la fauna marina, recordando la importancia de respetar el hábitat natural de estas especies y de extremar las precauciones al navegar en zonas donde habitan estos gigantes del océano.
Fuentes: BioBio Chile/ Telecinco/Visión Marítima