Si no se draga pronto el canal de acceso de la estación fluvial santafesina, no podrán ingresar los buques que transportan el combustible esencial para la maquinaria agrícola.
Por Agustín Barletti //
Las condiciones más secas de los últimos 60 años atentan contra la actual campaña gruesa en Argentina. El dato, informado por la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) marca el sombrío panorama de un sector que genera los dólares que la Argentina precisa para enfrentar sus compromisos internacionales y tranquilizar el mercado interno.
Por las colosales pérdidas del sector productor, el Estado dejará de percibir u$s 1.050 millones en concepto de retenciones y otros u$s 2.500 millones en concepto de menores impuestos a las ganancias y demás tasas y contribuciones.
¿Qué sucedería si a este complicado escenario se le agrega escasez o incluso falta de combustible para que la maquinaria agrícola levante las cosechas? Porque esto puede acontecer si no se profundiza a la mayor brevedad el acceso al puerto de Santa Fe.
Los buques con combustible provenientes de las refinerías de La Plata y Dock Sud, que llegan regularmente a la terminal santafesina, se verían impedidos de ingresar por falta de una profundidad suficiente.
Ante esta situación, y como lo adelantara Transport & Cargo, el presidente del Ente Administrador Puerto Santa Fe, Carlos Arese, envió una nota al interventor de la Administración General de Puertos (AGP), José Beni, donde pidió “analizar la posibilidad de efectuar el dragado el canal de acceso, un trabajo que representa 66.000 metros cúbicos”.
Desde la última operatoria de dragado realizada en 2022, el puerto sufrió entre las progresivas de los kilómetros 586.0 y 589.0 las pérdidas de profundidades con distintos niveles de sedimentación que se prolongan a lo largo de los primeros 3.000 metros.
El sector crítico se encuentra sin embargo en el km 357.250 con una determinante de -4.30 metros al cero del hidrómetro local.
Paradojas del destino, este pedido de Puerto Santa Fe, que está siendo imitado por otras estaciones fluviales de la Vía Navegable Troncal (VNT), tiene como principal opositor a la bolsa rosarina, entidad que debiera velar por los intereses de los productores agropecuarios.
Mariano Galíndez, reconocido periodista del sector, reseñó la última reunión mantenida en el Ente de Control y Gestión de la Hidrovía (Ecovina).
El periodista de Rosario3 expuso en su crónica la preocupación de los puertos privados cerealeros del Gran Rosario por “los caminos que se van trazando desde el sector público, sobre todo desde las provincias” los que “se distancian de la ruta que ellos estiman es la correcta para la vía navegable”.
Un tema que le pone los pelos de punta a los rosarinos es justamente el pedido de los gobernadores que forman parte del Comité Federal de la Hidrovía para que se draguen los canales de acceso a los puertos públicos.
La decisión de los mandatarios provinciales, ya fue notificada por el ministro de Transporte Diego Giuliano a los representantes de las distintas cámaras de usuarios de la VNT en la reunión que mantuvo días atrás. Incluso les avisó que el correspondiente Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para encaminar esta situación ya estaba a la firma del Presidente Alberto Fernández.
Desde el gobierno nacional entienden que el dragado de los accesos portuarios generará las condiciones de desarrollo necesarias para las economías regionales.
Subsidios buenos y malos
Hace unos quince años, durante un evento celebrado en el Centro de Navegación, el agente de una tradicional naviera que opera en el puerto de Buenos Aires, expresó lo que a su entender es una situación injusta: ¿Por qué los buques portacontenedores y los cruceros turísticos que no necesitamos tanto calado para operar debemos pagar la tarifa de peaje por los 34 pies de profundidad? ¿Con esta situación, estas naves no están subsidiando a los buques cerealeros que sí requieren de ese calado? Un directivo de la BCR que participaba de la charla le respondió con un ejemplo: “en un edificio, quien vive en planta baja debe pagar por el mantenimiento de los ascensores, aunque no los utilice“. Y como remate, le pidió a los cruceristas que no se quejen porque “el costo del peaje, dividido entre todos los pasajeros, era el equivalente a tomarse un café a bordo“.
La posición del directivo, que consideraba lógico este subsidio que desde 1995 gozan quienes operan en las terminales privadas de Rosafe, contrasta con las quejas que está efectuando la BCR respecto a la incorporación del dragado de los accesos a los puertos públicos en la VNT. Según ellos, de concretarse la decisión, las terminales rosarinas estarían subsidiando a los puertos públicos.
El tiempo dirá si desde al complejo agroexportador de Rosafe le resulta posible mantener la teoría de que existen subsidios buenos y subsidios malos.
Fuente: Transport & Cargo, El Cronista