La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estimó este jueves que la bajante histórica del Río Paraná podría derivar en una pérdida de 315 millones de dólares para la cadena de valor granaria argentina. De acuerdo con el informe de la entidad rosarina, la principal pérdida (184,2 millones de dólares) es como consecuencia de la necesidad de que los buques que ingresan al Gran Rosario carguen menos toneladas para evitar quedar encallados.

Cabe recordar que este curso de agua es la principal vía de salida de los productos del complejo agroindustrial argentino y, por eso, cualquier problema allí significa un dolor de cabeza también para el ingreso de divisas al país, que en el primer semestre fue récord. A esto hay que sumar 41,8 millones de dólares que se suman como un costo extra por la necesidad de que estos barcos tengan que completar sus cargas en los puertos marítimos de Quequén y Bahía Blanca.

Se espera que en los meses comprendidos entre el 1° de marzo y el 31 de agosto ingresen al Up-River un total de 1.247 buques a cargar mercadería de diferente tipo. 674 buques ya ingresaron a cargar aceite, grano o subproductos en los primeros tres meses del período considerado. Los meses restantes fueron proyectados en base al promedio histórico de los últimos años. No se descarta, sin embargo, que la situación genere un mayor ingreso de artefactos navales producto de que, para embarcar el mismo tonelaje de mercadería, se necesiten más embarcaciones”, expresó la BCR.

Importaciones Transitorias
A lo anterior se adicionan 50,1 millones de dólares relacionados con los mayores costos de transporte y logísticos que significan un menor tonelaje cargado en los trenes de barcazas que bajan desde Paraguay, Bolivia y los puertos del norte del país. Se trata de la soja que se importa de manera transitoria, para ser procesada y transformada en aceite o harina en los puertos del Gran Rosario antes de salir hacia el exterior.

Una estimación de la BCR es que un flete de 30 barcazas con 1.500 toneladas por barcaza que baja desde Asunción del Paraguay hasta el Gran Rosario tiene un costo de 20 dólares por tonelada. Si producto de la bajante esas barcazas deben trasladar 100 toneladas menos, el valor se encarece un 36 por ciento hasta 27,2 toneladas.

Por último, hay 39 millones de dólares de pérdidas que corresponden a los mayores costos que deben afrontar las industrias procesadoras de soja como consecuencia de menores precios esperables tanto para el aceite como para la harina y por los costos adicionales que significan la ralentización del ritmo de embarques, la saturación de la capacidad de almacenamiento de granos y las demoras en la molienda de la oleaginosa.