Por Agustín Barletti

Durante el mes de febrero, una gran cantidad de empresas cuya situación financiera, económica e impositiva no experimentó cambios, sufrió una disminución importante en su monto de Capacidad Económica-Financiera sin explicación aparente

La significativa disminución de los montos de Capacidad Económica-Financiera (CEF) sumó un nuevo obstáculo al comercio exterior, con el consecuente impacto negativo que una medida de tal magnitud tiene en la operación de las empresas, generando incertidumbre sobre la posibilidad de reposición, creando distorsiones en la administración de los stocks existentes y en el manejo comercial de la cadena de valor de cada uno de los empresarios que debe importar una materia prima, un insumo, un bien de capital o un producto terminado.

La Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), realizó un análisis preliminar de cada una de las empresas socias que se vieron afectadas por esta situación, para tener un conocimiento cabal, operativo y político, de las consecuencias producidas. 

Del estudio surgió que el nuevo valor CEF calculado por el sistema informático de AFIP no resultaba congruente con su real capacidad económica y financiera y no guardaba relación con los valores inmediatos de los meses anteriores. Tampoco se vería fundamentado que solo un grupo de empresas haya sufrido esta modificación en los parámetros analizados mientras que otras no. 

“Considerando que más del 80% de las importaciones que ingresan a nuestro país están dirigidas a la industria y a la producción, se transforman o sirven para transformar, el principal perjudicado ante esta incertidumbre es la producción nacional. Entendemos que la situación de la disponibilidad de divisas que experimenta el país debe tratarse con políticas públicas que resuelvan el problema estructural sin afectar el normal funcionamiento del comercio exterior. Las importaciones, la producción nacional y las exportaciones guardan una relación directa. Mayor es el crecimiento de las importaciones y mayor será el crecimiento de las exportaciones”, destacó la CIRA en un comunicado.

Estas exportaciones – no solo de bienes sino también de servicios, una de las grandes oportunidades argentinas de insertarse al mundo con alto valor agregado y alto nivel de empleabilidad – es una fuente de generación de divisas que debe construirse sobre la base de acuerdos comerciales que favorezcan el intercambio entre bloques regionales y países. Las negociaciones económicas y comerciales internacionales son el vehículo para generar un clima de comercio exterior (exportación, pero también importación) más próspero.

“Las medidas adoptadas desde la AFIP, a partir del 1 de febrero, podrían ocasionar perjuicios, dificultades para operar y malos resultados para las empresas en el corto y mediano plazo. No hay razón normativa, pero, sobre todo, no se evidenciaron cambios en los comportamientos impositivos, fiscales, económicos y financieros de muchas empresas que se vieron afectadas, disminuyendo drásticamente su indicador de CEF) a valores que no guardan relación con su real situación en cualquiera de ambos aspectos. Sin un indicador de CEF adecuado, una empresa ni siquiera puede solicitar su permiso de importación (Licencias Automáticas y No Automáticas)”, resaltó la Cámara.

La CIRA expuso esta situación frente a altos funcionarios de la AFIP y, en este sentido, ambas instituciones acordaron la creación de un puente de diálogo para evaluar y atender los casos urgentes y críticos sobre esta problemática en los próximos días. 

“El comercio exterior y las importaciones, para ser eficiente en costos, necesitan reglas de juego claras y un marco de previsibilidad absoluta. La ausencia de ambas atenta contra la competitividad de las industrias, afecta a los precios y perjudica el clima de negocios y las oportunidades en un país”, destacó la CIRA. Fuente: Transport & Cargo