En una reciente entrevista al empresario Antonio Solimeno, expresó su preocupación por las posibles modificaciones en las cuotas de captura y el clima de desconfianza generado con el impulso de la Ley Ómnibus, además resaltó el temor prevalente en la industria, donde la incertidumbre actual desalienta la iniciativa y la inversión a largo plazo.

En un contexto de incertidumbre y expectativa ante la promulgación de la nueva Ley Ómnibus por parte del Gobierno Nacional, Solimeno, destacado empresario del sector pesquero, compartió sus perspectivas y preocupaciones en una reciente entrevista con el medio “La Capital”.

Solimeno subrayó la necesidad de que la industria pesquera permanezca vigilante y preparada para defender las normativas vigentes ante posibles cambios que podrían afectar la asignación de cuotas de captura.

La Ley Ómnibus, que actualmente se encuentra en un impasse, ha sido motivo de inquietud dentro del sector debido a la falta de claridad y comunicación por parte del Gobierno. “Se ha generado mucha desconfianza“, afirmó Solimeno, refiriéndose a la paralización del proyecto y a las incógnitas que rodean su eventual implementación. Esta situación ha provocado un clima de incertidumbre que afecta la planificación a mediano y largo plazo dentro de la industria.

Antonio Solimeno 

El empresario también hizo hincapié en los esfuerzos recientes por fortalecer la capacidad productiva del sector, como la construcción de dos nuevos buques por SPI Astilleros, pero advirtió sobre los desafíos futuros, especialmente en relación con el vencimiento de las cuotas de captura en 2024. 

A pesar de estos desafíos, Solimeno destacó la resiliencia de la actividad pesquera, que continúa su curso a pesar de la situación económica compleja del país, marcada por la inflación y una política cambiaria que no satisface las necesidades del sector. Las discusiones con los gremios se intensifican en este contexto inflacionario, agregando otra capa de complejidad a la gestión diaria del sector.

La entrevista con Antonio Solimeno refleja la tensión y la preocupación que prevalecen en uno de los sectores clave de la economía nacional, ante los cambios legislativos anticipados. Su llamado a la unidad y a la vigilancia resuena como un recordatorio de los retos que enfrenta la industria pesquera, así como de la importancia de mantener un diálogo constructivo con las autoridades para asegurar un futuro sostenible y próspero para el sector.