La Legislatura de Tierra del Fuego aprobó de forma unánime este miércoles una ley que prohíbe la cría de salmones en la provincia, una decisión que resulta histórica ya que se trata del primer país del mundo en legislar contra esta actividad nociva para el medio ambiente.
El proyecto fue presentado por el diputado provincial Pablo Villegas (Movimiento Popular Fueguino) y apoyado por organizaciones ambientalistas locales y nacionales que impulsan la iniciativa desde 2018, cuando se empezó a debatir el posible establecimiento de salmoneras en el Canal de Beagle.
Ese año, Argentina firmó un acuerdo con los reyes de Noruega para desarrollar la salmonicultura en el canal. Si bien no se avanzó con el proyecto, Organizaciones No Gubernamentales (ONG), a la que se sumaron referentes científicos del Conicet y entidades académicas como la Universidad Nacional de Tierra del Fuego (Untdf), comenzaron a insistir con la sanción de una ley que prohibiera la actividad en el ámbito provincial.
A su vez, prestigiosos chefs como Narda Lepes, Francis Mallmann, Mauro Colagreco, Germán Martitegui, Fernando Trocca y el fueguino Lino Adillón se sumaron a la causa y, debido a la presión ciudadana y al trabajo de la comunidad indígena Yagán, en 2019 lograron que las jaulas salmoneras que se habían instalado aquel año en Puerto Williams, del lado chileno del canal de Beagle, fueran declaradas ilegales.
“No se habían registrado, hasta el momento, antecedentes de legislaciones a nivel provincial o nacional en el mundo que protejan los ecosistemas de los daños de esta industria previo a comenzar con sus operaciones“, expresaron desde Greenpeace Argentina a través de un comunicado.
En este sentido, la organización ecologista señaló que se trata de un “suceso que sienta un precedente histórico para el resto del país y el mundo” y que “de esta manera, Tierra del Fuego evita el desastre ambiental que pudo haber provocado la salmonicultura en el Canal de Beagle“.
Porqué es malo para el ambiente la cría de salmones
“Argentina está haciendo historia. Esto es muy importante porque una vez que esta industria se instala es muy difícil combatirla, incluso cuando cometen ilegalidades y desastres ambientales. Los impactos que dejan pueden ser irreversibles. En Chile hemos visto desde muertes de ballenas, de otras especies marinas, contaminación en los fondos que dejan verdaderos desiertos“, explicó a Página 12 Estefanía González, vocera de la campaña de océanos de Greenpeace.
Consultada sobre el impacto que esta medida puede tener en otros países, indicó que “Argentina está dando una señal muy potente no solamente como país, sino a nivel regional e internacional” y que “a los ojos del mundo logra dar un tremendo paso para la protección del ecosistema y también de su cultura“.
Por otro lado, la especialista destacó que en esta lucha se generó un movimiento binacional entre Argentina y Chile ya que “se entiende que el ecosistema es uno solo“. Sobre este punto, recordó el apoyo que brindó Argentina para que en 2019 se eliminaran las jaulas salmoneras instaladas del lado chileno del canal de Beagle, así como en esta oportunidad también se vio un respaldo de Chile para la sanción de la ley.
“Esperemos que sea una señal muy importante para los legisladores en Chile, para proteger de manera definitiva las aguas del canal de Beagle del lado chileno. Este es un ecosistema compartido y Chile debe respetar la voluntad de un movimiento que tuvo la participación de personas de ambos países. Mientras Argentina prohíbe esto por ley, acá se continúa con el avance de la salmonicultura, incluso en áreas protegidas“, alertó sobre la postura del país vecino.
Otro punto en el que hizo hincapié la integrante de Greenpeace es que la industria del salmón no se puede desarrollar de manera sustentable. “No hay manera correcta de hacer lo incorrecto. Los salmones son una especie exótica en mares de Argentina y Chile, no son una especie que estén de manera natural, por lo cual la cantidad de químicos y antibióticos que se necesitan para su producción, además del impacto que generan en el ecosistema, hacen prácticamente imposible que esta actividad se realice sin impacto“, precisó.
Chile, espejo del impacto de la industria salmonera
Chile funciona como un espejo de las graves consecuencias que representa el desarrollo de este tipo de industria. El 25 de julio de 2007 marcó un punto de inflexión, cuando se conoció la detección de la presencia del virus ISA (siglas en inglés de anemia infecciosa del salmón) en un ejemplar de salmón del Atlántico, una crisis que dejó a más de 15 mil personas sin trabajo.
Asimismo, en 2016 el gobierno chileno violó la legislación nacional e internacional y autorizó el vertido de 5 mil toneladas de salmones en estado de descomposición al mar, lo que desencadenó una de las crisis sociales y ambientales más graves de la historia. Los pescadores y mariscadores perdieron su trabajo, los comerciantes no tenían qué vender, el océano quedó contaminado y cientos de especies murieron (peces, aves y mamíferos).
Por último, González desterró el mito sobre el impacto económico que puede conllevar prohibir este tipo de actividades. “Los datos de Chile son bastante esclarecedores. Es el segundo productor de salmones a nivel mundial después de Noruega y la salmonicultura es el segundo sector económico exportador después de la minería. Si bien según datos oficiales entrega cerca de 21 mil empleos en un país de 18 millones de habitantes, los territorios donde se instalan las salmoneras no necesariamente son los que mayor cantidad de empleos ni ingresos generales tienen“.
“Muchas de las comunas que tienen gran desarrollo de salmón en Chile en estos más de 30 años no son los sectores con mejores índices de desarrollo social y económico del país. Esto como estrategia de desarrollo tiene muchísimas debilidades”, concluyó.
Qué dice la ley que prohíbe la cría de salmones
La ley, que fue modificada durante el trabajo legislativo en comisión, prohíbe “el cultivo y producción de salmónidos en aguas jurisdiccionales de la provincia” con el objeto de “asegurar la protección, preservación y resguardo de los recursos naturales, los recursos genéticos y los ecosistemas lacustres y marinos” de Tierra del Fuego. La prohibición no será absoluta porque contemplará “actividades de cultivo para el repoblamiento” y reconocerá “los proyectos existentes de acuicultura”.
En sus fundamentos, el proyecto establece que “el salmón es una especie ajena al medio ecológico austral, cuya aparición causaría un desequilibrio dramático en el entorno marino, particularmente por la aptitud de generar enfermedades virales, parasitarias y bacterianas que no son propias de nuestras latitudes en virtud del enfoque industrial de criadero y su posterior procesamiento”.
Además, indica que “la utilización de antibióticos que se terminan esparciendo en el agua, genera un sinnúmero de fallas en el micro entorno, muchas de ellas de carácter irreversible“. Fuente: Página 12