La resolución 625/22 del ministerio de Transporte, debiera ser revocada por incorrecta, inoportuna e inconveniente para la Argentina.

Por Horacio Luis Tettamanti (*)

La marcha contradictoria de la política marítima y fluvial de la administración del Presidente Alberto Fernández nos entrega un último capítulo que comprometería aún más la situación por la que atraviesa este estratégico segmento de la economía nacional.

La resolución 625/22 es el epílogo de un conjunto de medidas inconexas que denotan ausencia de un visón sistémica y geopolítica de la navegación argentina, falta de objetivos claros y mensurables y tal vez, lo más preocupante, emergencia de un desconocimiento de esta temática estratégica por parte de los actores responsables.

Este sector, a consecuencias de las resoluciones del anterior gobierno, ameritaba un programa consistente y planificado con clara visión geopolítica.

Nada de esto ocurrió, ninguno de los problemas presentes fue resuelto y se agregaron otros que agravaron aún más el panorama.

Esta última normativa, que intenta fijar un cuadro tarifario para las cargas que utilicen el tramo norte del río Paraná entre Confluencia y Santa Fe, lo hace con una metodología y valores equivocados. 

Es prematuro y poco sostenible que se pretenda fijar una tarifa por el uso de una infraestructura cuyo proyecto no está definido, y menos aún cuando no se conocen sus costos.

La fijación de un valor de u$s 1,47 por Tonelada de Arqueo Neto (TAN), equivalente a u$s 36 centavos por tonelada de carga a granel o de u$s 2,5 por contenedor se asemeja a un blanqueo y proyección a futuro de una situación inconveniente a los intereses nacionales como es el uso gratis de nuestros ríos. Más que una genuina defensa de los intereses nacionales, ausente en la política del sector, nos quita fuerza de negociación de cara a los futuros conflictos que sin duda se instalarán en la Cuenca del Plata. 

Esto también debe ser revisado en los actuales tarifarios al sur de Santa Fe, porque se trata de una unidad de facturación inadecuada, y que desde hace décadas fuera abandonada para la fijación de tarifas en este tipo de pasajes estratégicos habida cuenta su asimetría en favor de los buques y en detrimento de los intereses del país soberano.

La Tonelada de Arqueo Neto (TAN), no representa una unidad de peso sino de volumen

Llama la atención que esta norma continúe usando la Tonelada de Arqueo Neto, que no representa una unidad de peso sino de volumen y que fuera instaurada por el inglés Moorson en 1854. Esto también debe ser revisado en los actuales tarifarios al sur de Santa Fe, porque se trata de una unidad de facturación inadecuada, y que desde hace décadas fuera abandonada para la fijación de tarifas en este tipo de pasajes estratégicos habida cuenta su asimetría en favor de los buques y en detrimento de los intereses del país soberano.

Un ejemplo puntual se da en los canales de Suez, Panamá o el de Kiel, en Alemania, donde las correspondientes autoridades marítimas idearon unidades de medición específicas para cada uno de ellos.

Hace décadas que sufrimos un modelo de navegación que nos obliga a subsidiar a las cargas y a las flotas extranjeras que compiten con nuestras exportaciones, con nuestra casi inexistente flota de bandera, y con nuestros puertos, condenándolos a su definitiva desaparición. Resulta perentorio modificar esta situación.

Pareciera que la política marítima de este gobierno tuviese como objetivo mantener los aspectos sustanciales del actual modelo de navegación instaurado en la década de los noventa. Parece también que pretendiera consolidar por acto propio decisiones que impidan a futuros gobiernos modificarlo en preservación de la renta y del interés nacional.

Acreditan esta hipótesis las prórrogas de concesiones otorgadas en el ámbito portuario, el decreto 949/20, la continuidad de la gestión Mauricio Macri en Puerto Buenos Aires para consolidarlo como plazoleta cautiva de Montevideo, la ampliación del Canal del Indio, la procrastinación del Canal Magdalena y, por último, esta resolución 625.

No es fácil explicar el silencio del Congreso frente a estas determinantes medidas que condicionan nuestro futuro económico. Estos modelos de sometimiento, definidos fronteras afuera, no deben ser temáticas ajenas y censuradas a la consideración de nuestras instituciones y pueblo 

Esperemos que el presidente revoque esta medida al igual que el Decreto 949/20 por el bien de la República y antes que sea tarde.(*) Subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la Nación (2012 – 2015).

Fuente: Transport & Cargo