Por Nicolás Soldatich (*)

El comercio exterior medido en cantidades exportadas (toneladas) muestra el real potencial de crecimiento de una economía, a diferencia de su medición en millones de dólares que se ve afectada por los precios relativos de los bienes en el mercado internacional (Argentina no es formador de precios). Sucede que un PBI que crece exporta más cantidad de bienes, de un mismo modo demanda una mayor cantidad de insumos del mundo, independientemente de sus precios y del tipo de cambio.

Lo informado por el Indec sobre el intercambio comercial correspondiente al primer semestre de 2021 muestra un superávit de más de u$s 6.700 millones, fruto de un comercio exterior total de más de u$s 63.900 millones, compuesto por exportaciones por más de 35.300 millones e importaciones por más de 28.500 millones. No obstante, cuando revisamos su homónimo en toneladas transportadas como unidad de medida, nos encontramos con un panorama completamente distinto y mucho más realista de la situación de la economía argentina y su capacidad de producción.

Durante este primer semestre el comercio exterior movió una cantidad de más de 67,1 millones de toneladas, de las cuales más de 59,1 millones fueron cargadas (exportaciones) que representan el 88,12% y más de 7,9 millones que fueron descargadas (importaciones) que corresponden al 11,88% del total. Mientras las exportaciones en millones de dólares crecieron el 28,3%, la cantidad de toneladas exportadas cayeron el 1,31% en términos interanuales. Cuando nos referenciamos en las importaciones también medidas en términos interanuales, estas aumentaron 48,6% en millones de dólares, pero en toneladas descargadas el aumento fue solo del 19,08%.

Enfocándonos exclusivamente en las exportaciones, tanto en términos cualitativos como cuantitativos están dominadas por los productos primarios (agricultura) y manufactura de origen agropecuaria (alimentos), en millones de dólares ambos representan el 68,6% de los ingresos, y medidos en toneladas ambos rubros explican el 90,68% del total exportado. No es menor el hecho de que en este primer semestre, los commodities y las MOA enfrentaron buenos precios internacionales, en alguna medida impulsada por la recuperación de las economías del mundo post pandemia.

Con referencia a los productos primarios aportaron más de u$s 9.400 millones (el 26,9% de las exportaciones del primer semestre) y aumentaron interanualmente 1,5%. En el caso de las MOA, aportaron más de u$s15.400 millones, representaron el 43,7% del total de las exportaciones y crecieron en términos interanuales 47,2%. Pero cuando, cuando el análisis lo enfocamos en cantidades exportadas, los productos primarios (agricultura) fueron más de 31,7 millones de toneladas durante el primer semestre de 2021, cayendo en 9,46% en términos interanuales, lo que implica que disminuyeron en más de 3,3 millones de toneladas con referencia a 2020. Con relación a las MOA, fueron más de 16,5 millones de toneladas, creciendo 16,7% en términos interanuales, exportándose más de 3,08 millones de toneladas con respecto a 2020.

Comparando los valores informados por el Indec durante el primer semestre y los valores en toneladas del comercio exterior, se puede saber que exportamos por un valor promedio de u$s 597 e importamos por u$s 3.587, y en lo que respecta a los principales bienes producidos por nuestra economía, el valor promedio de los productos primarios (agricultura) fue de u$s 269 y de las manufacturas de origen agropecuaria (alimentos) de u$s 838.

El comercio exterior contribuyó con un saldo positivo en la balanza comercial en termino de divisas, tan necesarias para una economía llena de restricciones, y un mundo que le ha puesto un cepo a su financiamiento. Sin embargo, a diferencia de las economías del mundo, el crecimiento no será por el lado externo, solo el efecto precio compensó el hecho que muestra que las exportaciones cayeron en cantidad, y que nuestro principal mascarón de proa que es el campo, los productos primarios en el primer semestre cayeron en términos interanuales prácticamente lo mismo que disminuyo toda la economía en 2020, y la mala noticia es que “lo mejor de la cosecha ya se fue”.

Seguramente, la ayuda vendrá por parte de una exportación sostenida de las MOA, que mostraron crecimiento ayudadas por el mundo, pero no darán un salto significativo en el próximo semestre porque sencillamente no se podrán hacer las inversiones de capital que lo permitan. Esto implica, que si la expectativa de crecimiento que estiman rondaría entre el 6,4% y el 7% del PBI, solo será posible a través de una reactivación de la demanda interna, previa recuperación de los salarios, con el consecuente aumento de la inflación fruto del financiamiento vía emisión monetaria para compensar el déficit fiscal que será de los más altos en épocas de crisis que ya se han hecho crónicas, si es que la economía no vuela por los aires ante tantas postergaciones externas auto infringidas. (*) Especialista en comercio exterior, titular de www.consultoranorte.com Fuente: Transport & Cargo