Redacción GlobalPorts

La severa acumulación de sedimentos en la desembocadura del río Bermejo sobre el río Paraguay ha generado una crisis de navegabilidad que ya lleva más de 45 días, paralizando el tránsito fluvial en la zona y afectando gravemente la logística del comercio regional.

En este contexto, el Centro de Armadores Fluviales y Marítimos del Paraguay (CAFyM) ha solicitado al gobierno paraguayo la autorización para aportar una solución inmediata: la incorporación de una draga autopropulsada que permitiría aliviar la congestión de embarcaciones.

Según el comunicado del CAFyM, la combinación de una masiva descarga de sedimentos, niveles de agua por debajo del promedio y la falta de corriente ha impedido la limpieza natural del canal de navegación. Como resultado, más de 380 barcazas y 50 remolcadores y buques permanecen detenidos en la zona, con la perspectiva de que otras 400 embarcaciones adicionales se sumen en los próximos días, agravando el colapso del transporte fluvial.

Si bien se han realizado esfuerzos para mejorar la situación, los resultados han sido insuficientes. Ante este escenario, CAFyM propuso al gobierno de Paraguay sumar una draga autopropulsada financiada íntegramente por el sector privado, sin costo alguno para el gobierno del vecino país. No obstante, la autorización para operar aún no ha sido concedida por la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP), el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y demás autoridades competentes.

El sector privado resalta que la draga propuesta cuenta con las especificaciones técnicas adecuadas para operar sin interferir en la navegabilidad ni con los trabajos en curso, permitiendo una operación en paralelo con el tránsito de embarcaciones. Esta opción resultaría clave para descongestionar la zona y evitar un colapso logístico mayor, en un momento crítico para la cadena productiva y comercial de la región.

El caso del Paso Bermejo refleja la necesidad de un modelo de gestión más eficiente, en el que el sector público y privado puedan articular soluciones de manera ágil, sin que la burocracia retrase medidas urgentes. La demora en otorgar la autorización para sumar una draga privada no solo agrava el problema, sino que genera interrogantes sobre las prioridades y la capacidad de respuesta de las autoridades.