El buque escuela de la Armada Argentina iniciaba su primer Viaje de Instrucción una tarde del 19 de junio de 1963 con el objetivo de completar la formación profesional de los jóvenes marinos y representar a la Argentina en los puertos internacionales.

BUENOS AIRES (Especial de la Gaceta Marinera) Hace 58 años, un 19 de junio, la fragata ARA “Libertad” iniciaba su primer Viaje de Instrucción por los mares del mundo con el objetivo de completar la formación profesional de los jóvenes marinos. El miércoles 19 de junio de 1963, la embajadora de los mares al mando del Capitán de Fragata Horacio Ferrari, soltaba amarras para iniciar su primer desafío en el mar.

Minutos previos, el entonces presidente de la Nación, Dr. José María Guido, leyó la correspondiente orden de zarpada para dar inicio a un nuevo derrotero que finalizó el 6 de diciembre del mismo año. El Presidente destacó: “Este viaje se realiza al amparo de una palabra sagrada para el hombre: “libertad”. Por ella luchan en la guerra y en la paz todos los pueblos de la tierra; a su conjuro se concretaron las hazañas más señaladas de la historia, y podría decirse que el objeto fundamental de la vida es la libertad”.

Un Buque Escuela es un pedazo de la República que se desplaza por entre la hostilidad de los mares para decir a los países que recorren nuestra realidad institucional, técnica, educacional y política, y para llevarles un mensaje de paz y confraternidad. El mar no debe ser sino un camino para los pueblos, los caminos separan o unen; el mar debe ser el camino que conduzca a un mayor acercamiento, a una más profunda comprensión, a una más efectiva fraternidad entre los hombres”, expresó en sus palabras de orden de zarpada el presidente Guido.

A bordo, se embarcaron cadetes del último año de la Escuela Naval Militar con el propósito de completar su formación profesional y egresar como guardiamarinas; también se encontraban aspirantes navales cumpliendo su último ciclo de instrucción para recibirse como cabos primeros.

El primer Viaje de Instrucción incluyó 66 días de puerto, 104 días en el mar y unas 18.257 millas náuticas navegadas, visitando puertos del océano Atlántico como Recife (Brasil), Boston (Estados Unidos), Lisboa (Portugal), Boulogne Sur Mer (Francia), Londres (Inglaterra), Dakar (Senegal), entre otros, contando entre sus invitados a los becados de las Marinas de los Estados Unidos, Paraguay, Perú, Brasil y Uruguay y los representantes del Ejército Argentino y de la Fuerza Aérea Argentina.

Uno de los protagonistas de ese viaje inaugural, el Capitán de Navío (RE) Carlos Alberto Zavalla, integrante de la primera promoción del buque escuela, comentó: “Una vez recibidos a bordo los 55 cadetes de la promoción 90 y los 39 aspirantes de cuarto año de la Escuela de Mecánica de la Armada, el 10 de abril zarpó la fragata hacia el sur para completar las pruebas de recepción del buque con una navegación prolongada, regresando a Dársena Norte el día 27 para preparar la ceremonia de recepción del buque y la afirmación del pabellón el 28 de mayo”.

Al continuar su relato, el Capitán Zavalla recordó: “Durante la estadía en Hamilton soportamos cosidos a muelle el huracán ¨Arlene¨ con vientos de 160 Km/hora. El ojo del huracán, que pasó exactamente sobre Hamilton, fue claramente visible en el radar. Hubo destrozos en la isla, pero la fragata salió ilesa”.

Además rememoró el excelente vínculo con el personal que embarcó en carácter de invitados como los becados extranjeros y de las otras Fuerzas Armadas: “Forjamos durante los seis meses de navegación una gran camaradería; porque en el mar se conoce bien a las personas, con sus virtudes y defectos. También, recuerdo con cariño al profesor que hizo el viaje, Juan María Alessi, a quien el comandante le encargó registrar acontecimientos del viaje; y lo hizo con la misma dedicación y meticulosidad con que impartía sus clases de análisis matemático”.

Al finalizar su testimonio, el Capitán Zavalla, recordó la navegación de prueba de máquinas previo a la zarpada del primer Viaje de Instrucción: “Fondeados en Madryn soportamos un temporal de 60 nudos de viento; recuerdo que la fragata se escoraba hacia el viento y garreaba pero con la cadena hacia la aleta. Tan marinera resultó que ceñía a palo seco”. 

La realización del primer Viaje de Instrucción de la “Libertad” significó un exitoso y laborioso trabajo conjunto entre el Estado Nacional, la industria naval y la Armada Argentina. En los años venideros, la construcción de la fragata continuó con diversas modificaciones y fue motivo de enorme satisfacción para toda la industria naval por haber sido confeccionada en astilleros nacionales al igual que sus planos y diseños.

A fines de mayo 1963, el buque fue entregado e incorporado oficialmente a la Armada con la correspondiente ceremonia de afirmación del pabellón. Desde ese entonces, la embajadora de los mares realiza cada año un nuevo Viaje de Instrucción fortaleciendo lazos de amistad con países y Armadas extranjeras, y construyendo conocimiento en los océanos del mundo.

Una estela en el mar
La fragata ARA “Libertad” fue la sucesora de la fragata ARA “Presidente Sarmiento” -actual buque museo-, que cumplió con la misión de buque escuela hasta 1938. A partir del año siguiente, aquella tarea quedó a cargo del moderno crucero “La Argentina”.

El 23 de agosto de 1949, el Comando de Operaciones Navales se dirigió al ministro de Marina, Almirante Fidel Anadón, y planteó la necesidad de incorporar a la Flota de Mar el crucero “La Argentina”, desvinculándolo de las actividades formativas del personal superior. Señalaba además que se debía proyectar la construcción de un navío de características marineras apto para la práctica de los cadetes en altamar, de características modernas pero que contara con los elementos tradicionales para la navegación. El buque debía ser una unidad a vela con motor auxiliar y ser construido en el Astillero Río Santiago.

El 13 de noviembre de 1953, el Ministerio de Marina autorizó su construcción y el 11 de diciembre se comenzaron las obras en el Astillero Naval de Río Santiago. Para tal ocasión estuvo presente el entonces presidente Juan Domingo Perón, quien clavó el primer remache en la quilla de la nave; y el 27 de abril de 1956 se le otorgó el nombre “Libertad”, considerándose que representaba un derecho del ser humano y un sentimiento muy cercano al ideal de nuestros marinos.

Desde su primer viaje a la actualidad, la fragata ARA “Libertad” recorrió más de 900 mil millas náuticas alrededor del mundo y fuera de su apostadero ha pasado el equivalente a 17 años en el mar. Por sus cubiertas han pasado y se han formado alrededor de 12 mil marinos de la Armada Argentina.

En cuanto a sus características, la Libertad es una fragata de 104 metros de eslora, su manga es de 14,3 metros, con una superficie total de 2652 m² de velamen, 3635 toneladas de desplazamiento a carga completa y una altura máxima en su palo mayor de 50 mts. Es una fragata de tres palos de acero (trinquete, mayor y mesana) y tiene un velamen compuesto por 27 velas y un mascarón de proa que representa la República y el sentimiento arraigado de libertad.

Viaje de Instrucción
El plan de formación que se lleva a cabo en la Escuela Naval Militar requiere que, a lo largo del trayecto educativo, los cadetes vayan adaptándose progresivamente a las particularidades, costumbres y tradiciones de la vida a bordo, desarrollando a su vez la práctica de las actividades profesionales cuyo sustento académico proviene de los conocimientos impartidos en ese Instituto.

El embarco en el buque escuela como quinto ciclo de formación teórico-práctico, es parte del plan de estudios y materializa la culminación de su etapa formativa a partir de una práctica profesional desarrollada de forma intensiva. Se procura consolidar las aptitudes básicas adquiridas, obteniendo mediante un embarco prolongado, la adecuada aplicación y evaluación de los conocimientos aprendidos; una integral adaptación a la vida en el mar para lograr las competencias de egreso de los futuros oficiales de la Armada.

La misión del buque escuela es la de completar la formación general y profesional de los guardiamarinas en comisión, acrecentar los vínculos de amistad y cooperación con los países visitados y fomentar la integración interinstitucional con invitados nacionales y extranjeros a fin de cumplir con las exigencias del plan de estudios; además de representar a la institución y a la República Argentina.

Formar parte de la tripulación de la fragata “Libertad” es vivir una de las mejores experiencias que tiene la carrera profesional de la Armada Argentina. Nutrir y acrecentar el acervo cultural que se genera en cada puerto internacional otorga una destacada importancia a la hora de construir conocimiento y experiencia.