La Secretaría de Energía está preparando una licitación para incorporar hasta 3000 MW de potencia térmica, con la expectativa de recibir propuestas para instalar alrededor de cinco ciclos combinados de mediana envergadura. Las apuestas de la licitación térmica que prepara el gobierno incluyen un ciclo combinado en Vaca Muerta, otro en el NEA y potenciar las centrales del GBA.

Además, se contempla la posibilidad de encarar proyectos de pequeña capacidad en nodos críticos, como Tierra del Fuego.

La Secretaría de Energía, liderada por Flavia Royón, tiene previsto lanzar una licitación antes de junio, aunque son pocos los actores privados que creen que se logrará concluir antes de las elecciones de octubre. No obstante, algunos considerando que, aunque no se cumplan los plazos, es importante dejar un proceso licitatorio lanzado para que el próximo gobierno pueda optar por finalizarlo o darlo de baja.

¿Por qué el gobierno decidió lanzar una licitación tan ambiciosa en un contexto económico y político complejo? 

La decisión se basa en tres elementos concretos. En primer lugar, la última crisis de calor surge que no solo hay problemas en las redes de distribución, sino que también existe una falta de capacidad de generación durante los picos de consumo. En los más de tres años de gobierno, no se construyó ninguna usina nueva.

 En segundo lugar, muchas de las máquinas térmicas utilizadas para abastecer la demanda en días de altas temperaturas o frío polar son ineficientes, antiguas y consumen combustibles caros como el gasoil o fuel oil. Es necesario reemplazarlas lo antes posible. 

En tercer lugar, la ampliación del sistema de transporte troncal de gas permitirá acceder a recursos gasíferos de Vaca Muerta y otras cuencas

La licitación se dividirá en distintos renglones para definir la cantidad de potencia que se instalará en cada nodo crítico. Un alto ejecutivo que está al tanto de la licitación explicó que el gobierno está priorizando los nodos críticos de inyección de energía para determinar cuáles son los que requieren un refuerzo de potencia. 

Se espera que en la compulsa se incluya un capítulo especial para Tierra del Fuego, la única provincia que no forma parte del sistema interconectado nacional (SADI). Sin embargo, dado que existen limitaciones en la red de transporte de alta tensión, es necesario calcular dónde se pueden añadir nuevas centrales. Según un comunicado oficial, se realizará una nueva central de entre 50 y 100 MW en Tierra del Fuego para garantizar la seguridad del suministro.

En cuanto a la potencia termoeléctrica en Neuquén, principal pulmón gasífero del país, se está trabajando en incrementarla. Actualmente, Cammesa está evaluando la capacidad de transporte disponible a lo largo del año en las cuatro líneas que transportan energía desde el complejo hidroeléctrico del Comahue hasta Buenos Aires. 

Durante varios meses del año, estas líneas tienen un remanente, lo que ha llevado al gobierno a considerar la construcción de un nuevo ciclo combinado de mediana escala (de entre 400 y 600 MW). Aunque también se ha planteado la posibilidad de generar electricidad directamente en los yacimientos de gas en la boca de pozo, será difícil encontrar algún campo en Vaca Muerta que se encuentre cerca del tendido de 500 kV del SADI.

En términos generales, existe consenso dentro del área energética acerca de la conveniencia de promover la construcción de un ciclo combinado en la región del NEA. 

En este sentido, el gobierno considera que es más conveniente avanzar primero con la electrificación de la región en lugar de esperar la penetración de las redes de distribución de gas. 

La central estaría emplazada en Formosa o Chaco, y la gran duda es cómo asegurará el Estado el abastecimiento de gas para el nuevo complejo térmico, dado que la región está alejada del tendido troncal de gas.

Para viabilizar operativamente el proyecto, será necesaria la reversión del gasoducto Norte para llevar gas desde Vaca Muerta hacia el norte del país.

Por otra parte, el pliego licitatorio que prepara Cammesa también incluye planes para reforzar la región de Cuyo y de la Costa Atlántica. En este último caso, se está considerando la posibilidad de promover la instalación de centrales más pequeñas de más rápido ingreso en el sistema (de entre 100 y 200 MW), similares a las que se licitaron bajo el paraguas de la resolución 21/2016.

Por último, se está prestando especial atención a la región del Gran Buenos Aires (GBA), que depende de tres o cuatro usinas térmicas estratégicas para cubrir los picos de demanda.

Interesados

Central Puerto, que ya controlaba la usina homónima que está ubicada frente al Río de la Plata en el ingreso norte al centro porteño y este año adquirió Central Costanera en el sur de la ciudad, es el principal candidato a participar de ese renglón. 

La empresa liderada por Guillermo Reca —socio en el capital de otros empresarios locales como Eduardo Escasany y la familia Miguens-Bemberg— tiene en su inventario una turbina de gas demás de 500 MW que había comprado para un proyecto en el litoral que nunca terminó de materializarse.

 Pampa EnergíaYPF Luz y MSU Energyson otros de los players que muy probablemente participen de la compulsa. Para conocer el detalle final de interesados habrá que ver qué pesa más: si la cantidad de pesos que tienen en sus cajas las empresas, sobre los cuales es difícil defender valor por la brecha y el cambiario, o el temor por un eventual colapso de la macroeconomía en los próximos meses.

Con información de Econojournal