El presidente del vecino país, Jair Bolsonaro, emitió un decreto haciendo pública su decisión de no renovarlo. ¿Cuáles son las consecuencias?
Por Agustín Barletti
Ya es oficial: el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, emitió un decreto haciendo pública su decisión de no renovar, a partir del 5 de febrero de 2022 y del 7 de octubre próximo, los acuerdos sobre transporte marítimo que mantiene con Argentina y Uruguay.
En el sector advierten que la finalización de este acuerdo, que prioriza a los buques de bandera argentina y brasileña para transportar carga entre los dos países, supondrá nuevos desafíos, ya que los buques de Argentina y Brasil, que padecen altas cargas impositivas y laborales, deberán competir contra otros que navegan con pabellón de conveniencia, laxas legislaciones laborales y previsionales y muy bajos impuestos.
Esta noticia, que representa un duro golpe para las empresas navieras argentinas, trae al presente la edición de Transport & Cargo del 27 de enero de 2016 con motivo de la derogación de la Disposición 1108/2013, una norma que impedía realizar trasbordo de cargas de exportación originadas en puertos argentinos en puertos de otros Estados Parte del Mercosur y Estados asociados que no tuviesen acuerdos bilaterales vigentes sobre transporte marítimo de cargas con la Argentina.
Para lograr equilibrio en la información, se publicó una doble página, en una de ellas las autoridades de entonces explicaron los motivos de la derogación. Y en la otra, Horacio Tettamanti, autor de la 1108, marcaba el error que se cometía y anticipaba el riesgo que se corría. Con las dos notas frente a frente una pregunta se imponía: ¿Y si Tettamanti tiene razón?
Explicaba Tettamanti en esa nota que “en abril de 2005 Argentina, Brasil y Paraguay acordaron un proyecto de integración regional de transporte marítimo. Se apuntó a que el Mercosur cuente con una política marítima común, a fin de que la misma pueda reactivar las marinas mercantes de los estados parte, con mano de obra y valor agregado de servicios locales”.
“Lamentablemente -seguía Tettamanti- Uruguay se opuso sistemáticamente a cualquier acuerdo. Solo a partir de la promulgación de la resolución 1108 se avino a negociar un acuerdo bilateral de transporte con la Argentina a sabiendas que todo nuevo acuerdo debe ser consensuado por todos los estados parte. Como consecuencia de la vigencia de la 1108, el año pasado (2015) Uruguay entregó oficialmente una propuesta de acuerdo que estaba siendo tratada por los equipos técnicos de nuestra cancillería, por ello llama la atención que la Argentina interrumpa las negociaciones en el marco que se estaban desarrollando con la anulación de la 1108 que era justamente la razón por la cual luego de diez años de intentos infructuosos se avino a considerar“.
Lo anticipado por Tettamanti se cumplió. A partir de la derogación de la Disposición 1108, Uruguay abandonó las negociaciones y regresó a su postura contraria a todo tipo de acuerdo regional. Frente a este panorama, Brasil se cansó de tanto esperar y ahora dio un paso más para desarmar lo poco que quedaba vigente.
Ahora es difícil imaginar qué hubiese sucedido si se mantenía vigente la 1108 el tiempo necesario hasta que Uruguay rubricara el acuerdo de transporte marítimo Mercosur. Fuente: Transport & Cargo, El Cronista.