Otto Wöhler, exdirector del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), ofreció su perspectiva experta sobre el caso del buque Tai An, en el reciente webinar organizado por GlobalPorts, titulado “El buque Tai An y la pesca ilegal de la merluza negra”. 

Por Irene Ascoli

En el encuentro,  expertos del sector se reunieron para discutir temas críticos como los permisos de pesca, las consecuencias ambientales de las prácticas ilegales, la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA) y la situación actual del sector pesquero.

Sobre la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) de la merluza negra, que fue uno de los temas de abordados, Wöhler enfatizó la necesidad de proveer información clara y validada para contrarrestar la desinformación generada en torno a la pesca ilegal de merluza negra. 

Muchas de las regulaciones que se impusieron en la pesquería argentina están justamente destinadas a evitar la captura excesiva de ejemplares juveniles y basarse principalmente en la explotación de la pesca de merluza adulta. Los buques que tienen cuota de captura y pueden pescar la merluza negra de forma legal, navegan a más de 800 metros de profundidad donde van a obtener en su gran mayoría ejemplares adultos”explicó Wöhler.

“El Tai An,  pescó a 450 mts. de profundidad y obtuvo un 55% de juveniles en esta marea. Entonces, no es que se violó el área de veda, sino que no se puede dentro del área de veda pescar a menos de 800mts de profundidad de manera dirigida” afirmó el experto.

A través de su experiencia, el experto señaló la importancia de entender los detalles específicos de la pesquería de merluza negra, destacando que es uno de los peces más valiosos del mar argentino, con un precio de exportación que oscila entre los 25 y 30 dólares por kilo.

El exdirector del INIDEP abordó las regulaciones impuestas en Argentina para proteger este recurso, incluyendo la limitación de captura accidental a un 1.5% por marea, que equivale a 5 toneladas de bycatch. Sin embargo, la captura del buque Tai An, que oscilaba entre 4000 y 5000 toneladas de peces por marea, evidencia una práctica que supera ampliamente los límites de captura accidental permitidos.

Wöhler dijo que en el caso del Tai An fue sorprendido pescando a aproximadamente 450 metros de profundidad, obteniendo un 55% de capturas juveniles, lo que representa una clara violación de las normas establecidas.

Pero además violó otras normas, porque pescó con red de arrastre de fondo en un área en la cual no se permite pescar con red de arrastre de fondo, justamente para evitar la captura de juveniles, que es dentro de la veda a menos de 800 metros de profundidad. Entonces, claramente esto es ilegal, y bueno, y así deberá ser sancionado”  afirmó.

El exdirector también destacó la función crítica del observador científico a bordo, distinguiendo su papel del de un inspector. El observador recopila información científica vital para la evaluación de las pesquerías, mientras que los controles legales y la supervisión del accionar de los buques recaen sobre otras entidades y mecanismos de control, incluyendo la comisión mixta de control de las descargas.

Este webinar sirvió no solo para arrojar para abordar la problemática de la pesca ilegal de la merluza negra, sino también para recalcar la importancia de la transparencia, la información basada en la ciencia y la cooperación interinstitucional en la lucha contra la explotación insostenible de los recursos marinos.

Además de Otto Wöhler Ex Director del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP); participó Agustín De La Fuente, presidente de Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP), César Lerena, Experto en Atlántico Sur y Pesca; Giuliano Falconnat, Consultor en Puertos y Pesca e Irene Ascoli, Gerente RRII GlobalPorts.