Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la producción de soja en Argentina está proyectada para alcanzar cifras récord en la campaña 2023/24, impulsada por condiciones climáticas favorables y una mejora significativa en los rendimientos. 

El análisis, realizado por los expertos Francisco RubiesTomás Rodríguez Zurro y Emilce Terré, destaca una esperada producción nacional de 50 millones de toneladas, más del doble de la cosecha anterior.

La región centro de Argentina, corazón agrícola del país, se prevé que contribuya con más del 76% del total nacional, esperando recolectar unas 38,1 millones de toneladas. 

Esto marca un aumento interanual de más del 218%, señalando un cambio drástico tras tres años consecutivos de sequías severas. Este resurgimiento se atribuye en gran medida al fenómeno climático “El Niño”, que ha permitido la recuperación de los perfiles hídricos del suelo.

La región sur y la norte también experimentarán aumentos significativos en su producción, estimando cosechas de 7,3 y 4,7 millones de toneladas, respectivamente. Estas mejoras reflejan el impacto positivo de las condiciones climáticas más favorables y un incremento notable tanto en la superficie cosechada como en los rendimientos por hectárea.

Además de la producción, se espera que las exportaciones de soja se disparen hasta alcanzar las 6,9 millones de toneladas, el nivel más alto desde la campaña 2018/19. La industria aceitera nacional, por su parte, proyecta procesar 39,6 millones de toneladas, retomando niveles de actividad similares a los años previos a las sequías.

El informe también detalla cómo la distribución geográfica de la producción y la cercanía a los puertos influyen en las dinámicas de comercialización y transporte del cultivo.

Por los puertos de Bahía Blanca y  Quequén, se estima que 3,5 millones de toneladas de poroto se despacharían al exterior en la nueva campaña 2023/24. Mientras que el remanente de soja en la región sur se remite a la región centro para ser industrializada allí.

Se destaca la importancia de la región centro, no solo como la principal área productora sino también como el núcleo de la industria de procesamiento de oleaginosas del país. Como cabecera del crush a nivel nacional, se espera que esta área industrialice 38,3 millones de toneladas.

El informe explica que el principal centro de consumo es el Gran Rosario, en el sur de Santa Fe, con una molienda proyectada en 35 millones de toneladas. Mientras que, en menor medida, se encuentran las plantas de General Deheza y Tancacha en Córdoba y de Junín, en el norte de Buenos Aires.

Estas últimas pueden abastecerse de grano producido en sus cercanías; pero el Gran Rosario se erige como un centro de demanda de tal magnitud que incluso excede al grano disponible en la Región Centro.

Es por ello que se proyecta que parte del grano obtenido en las distintas regiones del país fluyan hacia las plantas y puertos del Up-River.

Además, el crecimiento de la industria aceitera tradicional permitió no sólo industrializar la soja de Argentina en origen, sino que también se importa la oleaginosa de países limítrofes para exportarla como subproductos a otros países, por lo que se esperan importaciones de soja por aproximadamente 4,9 millones de toneladas.

De este modo, indicó la BCR, se puede decir que la región consume mucha más soja de la que produce anualmente, ya que las importaciones permiten alimentar la industrialización de poroto en la zona. De hecho, los granos de soja importados bajan por la Hidrovía Paraná-Paraguay hacia las terminales del Gran Rosario, que poseen muelles para barcazas.

El aumento previsto en los stocks finales de soja, de 4,2 a 6,7 millones de toneladas para la campaña 2023/24, sugiere un alivio en las tensiones del mercado interno y una mayor disponibilidad para la exportación. Este panorama optimista representa un punto de inflexión para el sector agrícola argentino, que mira hacia una recuperación robusta después de periodos desafiantes.