Violeta García, Globalports//

En un marco de reflexión y debate, sindicalistas, legisladores y referentes del sector fluvial y marítimo se reunieron en la Cámara de Diputados para conmemorar el Día de la Marina Mercante Argentina.

Durante la charla titulada «Marina Mercante y Soberanía Nacional», se destacó la importancia de fortalecer la presencia nacional en los ríos y mares, mientras se subrayaron los desafíos que enfrenta el país en términos de soberanía, formación profesional e inversión en infraestructura.

El encuentro contó con intervenciones que resaltaron la necesidad de una visión estratégica para el sector, poniendo en el centro de la discusión la recuperación de la Marina Mercante como herramienta de desarrollo económico, defensa nacional y proyección internacional.

«La soberanía se ejerce, no se delega»

El capitán Mariano Moreno, representante del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, abrió el debate con una reflexión crítica sobre las políticas marítimas argentinas. «La Marina Mercante ha permitido que Paraguay tenga hoy la tercera flota fluvial más grande del mundo. Mientras tanto, nosotros, con una de las redes fluviales más extensas del continente, hemos perdido terreno por errores propios«, afirmó.

Moreno vinculó directamente la soberanía nacional con el trabajo cotidiano de los tripulantes argentinos: «El principal gendarme del mar no es una fuerza armada, son los 550 buques pesqueros y sus tripulantes, que cuidan nuestros recursos, avisan sobre depredadores y lideran rescates. Sin ellos, nuestra soberanía queda vacía«.

El capitán también destacó el rol de las escuelas nacionales de formación: «Estas instituciones no solo generan profesionales, sino que también construyen progreso social y cultural. Cerrarlas o privatizarlas sería un golpe directo a la soberanía».

Juan Carlos Schmid y Mariano Moreno
Mariano Vilar

Una advertencia sobre políticas que ponen en riesgo el futuro

El secretario general del Sindicato de Conductores Navales, Mariano Vilar, expresó su preocupación sobre las recientes propuestas de ley que podrían desmantelar las protecciones para los trabajadores marítimos y los recursos pesqueros nacionales.

«En enero intentaron cambiar la Ley Federal de Pesca para entregarnos al mejor postor. Quisieron bajar al pabellón argentino de la pesca, abrir el mar a tripulantes extranjeros y perder soberanía. No lo lograron, pero el riesgo sigue latente«, alertó.

Vilar destacó la importancia de las escuelas de formación, como la Escuela Nacional de Pesca, cuyo futuro, según él, está amenazado: «La Armada ya no quiere gestionarla porque dicen que no necesitan formar marinos mercantes. Pero sin formación, no hay soberanía».

También hizo un llamado a replicar modelos internacionales: «Si tanto admiran a Estados Unidos, ¿por qué no imitan su política marítima? Allí, solo pueden operar barcos con bandera nacional y tripulación local en sus aguas interiores. ¿Por qué no hacemos lo mismo en Argentina?».

El desafío de competir en igualdad de condiciones

Desde la Asociación de Capitanes y Baqueanos Fluviales, Luciano Lo Martire puso sobre la mesa las desventajas que enfrentan los trabajadores argentinos frente a sus pares paraguayos: «Los vaqueanos paraguayos, a diferencia de nosotros, no tienen que cumplir con las mismas exigencias de recorridos ni habilitaciones. Esta asimetría nos deja fuera del juego y pone en riesgo nuestras fuentes laborales».

Lo Martire también señaló la falta de inversión en infraestructura y la necesidad de políticas que fortalezcan la industria naval: «Es inadmisible que dependamos de flotas extranjeras para operar en nuestras propias aguas. La industria naval argentina tiene el potencial para construir barcazas y buques que garanticen trabajo local. No es una cuestión de capacidad, sino de decisión política».

Una mirada integral para recuperar el orgullo nacional

El exsubsecretario de Pesca, Carlos Liberman, ofreció una visión histórica y estratégica sobre el sector, destacando los logros alcanzados en los últimos años, como la triplicación de las exportaciones pesqueras y la construcción de más de 20 buques nacionales.

Sin embargo, advirtió que estos avances están en peligro: «A un mes de que venza el régimen de cuotas de pesca, el Ejecutivo Nacional sigue poniendo en suspenso su renovación. Este retraso no solo pone en riesgo 2.000 millones de dólares en exportaciones anuales, sino también miles de empleos argentinos«.

Liberman fue enfático al afirmar que la soberanía no puede ser negociada: «La soberanía en el mar no se decreta, se construye. Si los 550 buques con bandera argentina desaparecieran, ¿quién ocuparía nuestras aguas? ¿Tripulantes extranjeros descargando en puertos extranjeros? No podemos permitirlo«.

«Sin Marina Mercante no hay desarrollo»

El cierre estuvo a cargo de Juan Carlos Schmid, secretario general de la Federación Marítima Portuaria, quien ofreció una mirada amplia sobre el impacto de la falta de políticas marítimas integrales: «Desde hace décadas, fragmentamos nuestra visión de los intereses marítimos. Desvinculamos la pesca de la industria naval, la navegación interior de la logística portuaria, y eso nos ha llevado a depender completamente de flotas extranjeras».

Schmid llamó a una reconstrucción de la Marina Mercante: «Hoy no transportamos ni un gramo de la cosecha argentina con barcos propios. Perdemos 7.000 millones de dólares anuales en la balanza de pagos porque dejamos que otros hagan el trabajo que deberíamos hacer nosotros».

«El Canal Magdalena no puede ser solo un proyecto; debe ser el primer paso hacia la recuperación de nuestra soberanía fluvial y marítima» afirmó Schmid

Un llamado a la acción

El encuentro dejó claro que la recuperación de la Marina Mercante no es solo una cuestión económica, sino también un acto de soberanía y compromiso con el futuro del país.

Los participantes coincidieron en que la bandera argentina debe ondear nuevamente en las embarcaciones que surcan nuestros ríos y mares, marcando presencia en el territorio que define nuestra nación.

Como dijo Schmid en su discurso de cierre: «Si no somos dueños de nuestro destino, seremos siempre espectadores de nuestra decadencia. Este es el momento de unirnos, de reconstruir, de recuperar el orgullo de ser marinos mercantes argentinos».