La colisión del buque pesquero Centurión del Atlántico contra el muelle del Puerto de Ushuaia, sucedido a finales de enero, ha generado gran preocupación en la comunidad portuaria y la industria pesquera. Si bien el muelle continúa plenamente operativo y con un flujo constante de barcos, el incidente reavivó el debate sobre la infraestructura portuaria en Ushuaia.
Roberto Murcia, presidente de la Dirección Provincial de Puertos (DPP), confirmó que la estructura del muelle no sufrió daños importantes y aseguró que la empresa Estremar, propietaria del buque, asumirá los costos de reparación de la defensa afectada.
El lujoso buque pesquero de bandera noruega sufrió un accidente inusual en la última semana de enero al chocar dos veces contra el muelle de hormigón de Ushuaia, en lo que se ha atribuido a un error de maniobra.
Murcia explicó: «El buque se encontraba en rada y debía realizar una maniobra de descarga. Durante la aproximación, entró a una velocidad mayor que la permitida para el amarre. El hecho está siendo investigado por la DPP y la Prefectura Naval Argentina«. A su vez, descartó que las condiciones climáticas hayan sido un factor determinante: «Se está evaluando si hubo un error humano o un problema en el barco, pero las condiciones de viento estaban dentro de los límites permitidos para operar«.
«Con la ampliación del muelle conseguimos nuevas defensas, que son más fuertes que las anteriores. Por eso queremos cambiarlas todas, para proteger tanto a los buques como a la estructura portuaria«, señaló el presidente de la DPP.
Además, Murcia destacó la necesidad de contar con un nuevo puerto para separar las actividades comerciales, pesqueras y logísticas del turismo antártico, que representa el 96% del movimiento en la terminal. «Este accidente fue lamentable, pero podría haber sido mucho más grave si en el lugar hubiera habido otro barco amarrado», advirtió.


El impacto sobre Estremar y la flota pesquera
El Centurión del Atlántico, que fue presentado en agosto de 2024 como el primer buque pesquero híbrido de Argentina, enfrenta ahora un incierto panorama. Reconstruido en Noruega con tecnología de última generación y con una inversión de 45 millones de dólares, su innovador diseño le permite producir surimi y harina de pescado con un menor impacto ambiental.
Sin embargo, según expertos navales, los daños en su motor principal podrían dejarlo fuera de operación por un tiempo considerable, afectando la campaña pesquera de la empresa y su posicionamiento en el mercado.
Estremar, una de las principales compañías pesqueras del Atlántico Sur, no es ajena a la controversia. En los últimos meses ha enfrentado denuncias por presuntas infracciones a la normativa pesquera, incluyendo la captura ilegal de más de 40 toneladas de merluza negra juvenil, según una denuncia de Prodesur contra otro de sus buques, el San Arawa II.
El accidente del Centurión del Atlántico podría generar un mayor escrutinio sobre la empresa y su flota, en un sector donde el cumplimiento de regulaciones y la transparencia en las operaciones son aspectos clave. «Este incidente podría marcar un antes y un después en la política de cuotas y controles en la región», opinó un analista del sector pesquero.
Mientras la Prefectura y la Dirección Provincial de Puertos continúan con la investigación, el futuro inmediato del Centurión del Atlántico y el impacto económico para Estremar siguen siendo una incógnita. Por ahora, el muelle de Ushuaia sigue operando con normalidad, pero el incidente deja abierta la discusión sobre la seguridad y regulación en las terminales pesqueras de Argentina.
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