Tras más de una década sin recibir cruceros internacionales, Rosario busca recuperar un lugar en el mapa del turismo fluvial.
Redacción GlobalPorts
Autoridades provinciales, agencias de viaje y empresarios del sector reclamaron al Gobierno nacional la implementación de medidas de promoción que permitan atraer embarcaciones al río Paraná y convertir a la ciudad en cabecera de una nueva ruta de cruceros.
La última vez que un crucero extranjero atracó en Rosario fue hace 13 años, con un contingente de turistas alemanes. Desde entonces, el potencial de la ciudad como destino fluvial quedó relegado, en gran parte por los altos costos operativos y la falta de un marco promocional. Hoy, los referentes del sector coinciden en que existe una demanda creciente de turismo náutico, especialmente en segmentos de alto poder adquisitivo, que Rosario podría aprovechar con travesías que unan el litoral argentino con Uruguay y Paraguay.
“Si Ushuaia o Puerto Madryn reciben beneficios para captar cruceros, el Paraná debería tener las mismas condiciones”, expresaron agencias y operadores turísticos al plantear la necesidad de incentivos fiscales, bonificaciones de tasas y la simplificación de normativas que actualmente desincentivan la actividad.
Inversiones en infraestructura
En paralelo, la provincia lanzó la licitación para recuperar los muelles de la histórica Estación Fluvial, una obra estimada en 4.000 millones de pesos y con un plazo de ejecución de 270 días. El proyecto incluye estabilizar la explanada sobre el río y eliminar socavones que afectan la seguridad, además de un plan ambiental para reconvertir la terminal en una estación sostenible, preparada para recibir pasajeros y servicios turísticos.
La iniciativa se enmarca en un programa más amplio de revalorización de la ribera, con el objetivo de transformar a “La Fluvial” en un punto de partida para excursiones, cruceros boutique de hasta 100 pasajeros y servicios de transporte náutico que conecten distintas localidades de la región.

Obstáculos que persisten
Más allá de las obras, los operadores advierten que el principal cuello de botella está en el marco regulatorio y en los costos asociados: tasas portuarias, exigencias de tripulación, revisiones técnicas y seguros encarecen la operación de embarcaciones que podrían dar dinamismo al turismo local.
Por eso, se propuso la creación de una “mesa náutica” integrada por funcionarios nacionales, provinciales y municipales, Prefectura Naval y prestadores privados para definir un esquema de promoción y control que garantice seguridad, previsibilidad e incentivos sostenibles.
El desarrollo de cruceros fluviales en el Paraná no solo podría atraer visitantes internacionales, sino también diversificar la oferta turística argentina. Rosario, con su ubicación estratégica y sus conexiones terrestres y aéreas, tiene la posibilidad de convertirse en el punto de inicio de circuitos que incluyan puertos de Entre Ríos, Corrientes, Paraguay y Uruguay.
El impacto no sería menor: generación de empleo, mayor actividad gastronómica y hotelera, y una nueva marca turística que se sume a la agenda de desarrollo económico de la región.



























