Este martes, la Prefectura Naval Argentina informó una altura de 1,88 metros para el río Paraná, marcando un descenso significativo tras la crecida de fin de año, la cual alcanzó un pico de 5,45 metros. 

Contrario a las expectativas que pronosticaban que el Paraná podría superar los seis metros en enero, la situación no se materializó, evidenciando un notable retroceso en las aguas.

En la provincia de Santa Fe, específicamente en el puerto de Rosario, se ha registrado una marcada disminución del río desde la declaración de emergencia hídrica en diciembre pasado, con una última medición por parte de la Prefectura Naval que indicó una altura de 2,36 metros. 

El ritmo de descenso del río en las costas santafesinas,  promedia casi 18 centímetros cada 12 horas. El Instituto Nacional del Agua pronostica una continua bajante, anticipando que para fines de febrero la altura podría alcanzar los 1,40 metros. 

Leo Manino, jefe de Guardavidas de La Florida, comentó al programa Telenoche Rosario (El Tres) que, aunque el pico de enero representó un marcado descenso, pero la situación actual del río permite volver a condiciones de aguas medias sin afectaciones para las playas ni las embarcaciones. “Nos sorprendió la rapidez con la que el río se retiró“, afirmó Manino, destacando la adaptación a esta variabilidad en la altura del río.

La situación actual contrasta fuertemente con las mediciones de diciembre de 2023, cuando el río en la capital provincial superó los 5,45 metros. Durante el período más crítico de la crecida, muchos habitantes de áreas como Colastiné Sur y La Vuelta Del Paraguayo tomaron la iniciativa de autoevacuarse, mientras que la Municipalidad dispuso módulos de alojamiento para algunos afectados a lo largo de la Ruta Nacional 168.