A partir del 1 de agosto al 30 de noviembre de 2021, el Canal de Panamá promueve, una vez más, la implementación de las recomendaciones de velocidad y tráfico establecidas por la Organización Marítima Internacional (OMI) para proteger a las ballenas, delfines y otros grandes animales acuáticos, a medida que inician su migración estacional.

De acuerdo con las recomendaciones de la OMI, los buques que transitan en aguas del Canal de Panamá durante este período, deberán permanecer dentro de las áreas de navegación designados, que son conocidas como esquemas de separación de tráfico, a fin de reducir el riesgo de cruzarse con estas especies migratorias. Durante este tiempo, los buques deben limitar a 10 nudos la velocidad de navegación por las áreas establecidas, como menciona la norma.

Estas medidas, implementadas y promovidas por primera vez por el Canal de Panamá en 2014, han reducido significativamente la probabilidad de interacciones e incidentes graves que involucren a ballenas y otros cetáceos, mientras que garantizan la seguridad marítima y el control de los buques que transitan en aguas de la vía interoceánica. Su cumplimiento ha resultado crítico, ya que el Golfo de Panamá es un importante lugar para invernar de las ballenas jorobadas migratorias.

Cuando hablamos de sostenibilidad en el Canal, tomamos en cuenta la protección y el bienestar de todo nuestro ecosistema y biodiversidad”, dijo el administrador del Canal de Panamá Ricaurte Vásquez Morales. “Estas medidas muestran que un pequeño cambio puede hacer una gran diferencia cuando nuestra industria trabaja en conjunto para priorizar la sostenibilidad. Agradecemos a nuestros clientes que continúan reconociendo el valor de estas medidas y lo que ofrece el Canal de Panamá como una Ruta Verde para el comercio marítimo mundial”.

Los esquemas de separación de tráfico también generan una importante reducción de emisiones. El análisis de los datos de velocidad, posición y rumbo de los sistemas de identificación automática de los buques confirmó que el cumplimiento de las recomendaciones anuales redujo las emisiones de gases de efecto invernadero y gases contaminantes de una embarcación en un promedio de 75%. Los ahorros variaron según el tipo, el tamaño y el combustible del buque, pero resultaron en más de 20,000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) ahorradas en total, entre 2017 y 2020.

Al ser una ruta totalmente acuática, el Canal de Panamá entiende de primera mano el impacto del aumento de las temperaturas globales y la importancia de proteger nuestros océanos. La vía interoceánica está enfocada en la sostenibilidad de sus operaciones y en seguir aportando valor a la cadena de suministro global. Estos esfuerzos son otro ejemplo de su compromiso para mitigar los efectos del cambio climático, garantizar la conservación de los mares y proteger la biodiversidad. Fuente: Canal de Panamá