Por Ariel Armero, Globalports//
Un proyecto de ley reciente, según lo informado por un medio de prensa, busca consolidar la autonomía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) mediante la transferencia de funciones y bienes clave del Estado Nacional. Entre ellos, se destaca el Puerto de Buenos Aires, la única infraestructura portuaria de relevancia que no ha sido descentralizada. Sin embargo, este traspaso plantea preguntas sobre el futuro del único puerto federal de Argentina, que maneja carga para todo el país y desempeña un rol estratégico en el comercio internacional.
El proyecto propone que el Puerto de Buenos Aires pase a la administración gratuita de la Ciudad, previa resolución de las obligaciones adquiridas por el Estado Nacional. Además, contempla la transferencia de la Terminal de Ómnibus de Retiro, el Registro de la Propiedad Inmueble y la Inspección General de Justicia en materias no federales. En el proyecto se argumenta que estos traspasos buscan optimizar recursos, promover la eficiencia administrativa y fortalecer la capacidad de la Ciudad para gestionar sus propios asuntos.
El puerto de Buenos Aires quedó excluido de la Ley de Federalización de Puertos de los años ‘90, consolidando su control por parte del gobierno nacional. Los defensores de la transferencia del puerto a la Ciudad, argumentan que no es solo una cuestión de autonomía, sino de justicia territorial. “Si la Ciudad asume los costos sociales y ambientales del puerto, también debe tener el poder de decidir su administración y desarrollo” expresaron.
Reestructuración y dificultades operativas
El Puerto de Buenos Aires no solo es un punto neurálgico para el turismo de cruceros, sino también una infraestructura logística clave para Argentina. Mientras que el gobierno de CABA ve una oportunidad para convertir al puerto en un enclave turístico que potencie su impacto en la economía local, surge una preocupación legítima: ¿qué ocurrirá con el movimiento de cargas que hoy depende de esta infraestructura federal?
Argentina necesita un puerto de aguas profundas para manejar cargas internacionales de gran volumen. El puerto de Buenos Aires enfrenta limitaciones logísticas, como accesos saturados y un declive en su actividad, los puertos de La Plata, Dock Sud y Zárate cuentan con las condiciones necesarias para absorber el movimiento de carga. Estos puertos ya tienen infraestructura y capacidad operativa, y aunque podrían beneficiarse de ajustes específicos para optimizar su rendimiento, están preparados para asumir un rol más protagónico en la red logística nacional, con una adecuada coordinación y planificación.
En este contexto, la reciente reestructuración del sector por parte del gobierno nacional, que incluyó la creación de la Agencia Nacional de Puertos y Navegación (ANPYN) y la eliminación de la Administración General de Puertos (AGP), ha generado desafíos adicionales. Durante esta transición, una guardia mínima asegura servicios básicos en el puerto de Buenos Aires, como provisión de agua y electricidad, pero las terminales han reportado retrasos y dificultades operativas por la falta de personal. Esto afecta tanto a los barcos de carga como a la creciente actividad turística.
El turismo de cruceros, uno de los sectores en crecimiento en el puerto, podría enfrentarse a problemas en la habilitación de ingresos y salidas de buques, una tarea que anteriormente gestionaba la AGP. Retrasos en esta área no solo afectarían la experiencia de los turistas, sino también la reputación del puerto como una puerta de entrada estratégica a Argentina.
¿Descentralización o reconfiguración logística?
El proyecto de transferencia plantea una oportunidad para integrar el puerto al desarrollo urbano de la Ciudad, pero también deja abierta la pregunta de cómo garantizar que Argentina conserve su capacidad para manejar cargas internacionales de manera eficiente.
Modelos como el puerto de Rotterdam o Nueva York, donde las administraciones locales han logrado equilibrar el desarrollo urbano y logístico, pueden ofrecer una guía, pero con la condición de que exista una planificación nacional clara y un marco de inversiones robusto para fortalecer otros puertos como La Plata, Dock Sud o Zárate.
La transferencia del Puerto de Buenos Aires a la administración de la Ciudad no solo sería un paso hacia la autonomía plena de CABA, sino también un desafío de alcance nacional. Implica redefinir el rol del puerto en la logística argentina, asegurar una transición eficiente y preservar su capacidad para servir como un pilar del comercio exterior.
El debate no debe centrarse únicamente en quién administra el puerto, sino en cómo garantizar que esta infraestructura siga siendo clave para la competitividad de Argentina en los mercados internacionales. ¿Puede la Ciudad, la Provincia de Buenos Aires y Nación trabajar juntas para desarrollar un modelo que combine turismo, desarrollo urbano y logística? Este será el verdadero desafío en los próximos años.