Redacción GlobalPorts//
La comunidad marítima internacional está en alerta tras la colisión ocurrida en la mañana del lunes 10 de marzo entre el buque cisterna químico Stena Immaculate, de bandera estadounidense, y el portacontenedores Solong, de bandera portuguesa, frente a las costas de Gran Bretaña.
El incidente, que dejó a ambos buques envueltos en llamas, ha generado serias preocupaciones sobre el cumplimiento de protocolos de seguridad en una de las rutas de navegación más reguladas del mundo.
Un choque inexplicable
Las circunstancias que llevaron a la colisión siguen siendo objeto de investigación. Informes preliminares indican que el Stena Immaculate se encontraba anclado cuando fue embestido por el Solong, lo que causó un enorme agujero en su casco y generó un incendio de gran magnitud.
Sin embargo, el propietario del Solong sostiene que se trató de una colisión en movimiento y no de un impacto contra un buque estacionario.
El Solong, que viajaba a 16 nudos en el momento del impacto, no parecía haber disminuido la velocidad antes de la colisión, lo que resulta altamente inusual según expertos marítimos. Se espera que los investigadores obtengan claridad una vez que analicen los datos de los registradores de viaje de ambas embarcaciones.
Daños y consecuencias fatales
Las explosiones generadas tras el choque provocaron el derrame de combustible para aviación que transportaba el Stena Immaculate, lo que ha levantado alarmas por un posible impacto ambiental. Treinta y seis tripulantes fueron evacuados con éxito, aunque se teme la muerte de un marinero del Solong, según informó el ministro marítimo británico Mike Kane.
En una acción sin precedentes, la policía británica arrestó a un hombre de 59 años bajo sospecha de homicidio por negligencia grave. La ministra de Transporte del Reino Unido, Heidi Alexander, declaró que las autoridades trabajan intensamente en las investigaciones, mientras que la Guardia Costera ha establecido una zona de exclusión de un kilómetro alrededor de los buques afectados.


A pesar de que las primeras evaluaciones indicaron que gran parte del combustible derramado se quemó durante el incendio, expertos advierten sobre los riesgos persistentes de una fuga de aceite pesado para motores. Organizaciones ambientalistas alertan sobre posibles efectos en la fauna y flora marina debido a la toxicidad del combustible.
Para contener los daños, la empresa de salvamento marítimo Boskalis ha desplegado cuatro barcos equipados con espuma y agentes extintores, y el gobierno británico está preparado para aplicar dispersantes y barreras de contención en caso de un derrame mayor.
Un incidente que pone en jaque la seguridad marítima
El Stena Immaculate, construido en 2017, aprobó su última certificación de seguridad en 2023, mientras que el Solong, de 2005, tiene programada su renovación en octubre de 2025. Ambos buques contaban con sistemas de navegación avanzados, como radares, AIS y comunicaciones VHF, lo que genera interrogantes sobre por qué no se evitó la colisión.
El gobierno británico ha solicitado una revisión exhaustiva de los protocolos de navegación en la zona del Humber, donde ocurrió el accidente. Mientras tanto, las autoridades estadounidenses y portuguesas asumirán la responsabilidad de la investigación final del incidente.
Este siniestro se suma a una serie de accidentes marítimos recientes que ponen de manifiesto la necesidad de fortalecer las regulaciones y la supervisión en el transporte de mercancías por vía marítima. La comunidad internacional está a la espera de los resultados de la investigación para esclarecer cómo y por qué ocurrió este grave accidente en aguas británicas.
Con información de CT/BBC/Swissinfo/EP/EFE