Por Violeta García, GlobalPorts//
Cada 8 de marzo, el mundo conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha que no solo celebra los logros de las mujeres, sino que también invita a reflexionar sobre las desigualdades que aún persisten.
En sectores tradicionalmente masculinos, como el portuario, el marítimo y el científico, las mujeres han tenido que superar múltiples barreras para ocupar espacios de liderazgo. Sin embargo, su presencia y contribución están transformando estas industrias, demostrando que la capacidad y el talento no tienen género.
Cada mujer que lidera en un puerto, en una expedición científica o en una empresa naviera es un recordatorio de que la equidad de género es una causa que beneficia a toda la sociedad. La inclusión de más mujeres en estos espacios no es solo una cuestión de justicia, sino una estrategia para construir industrias más innovadoras, sostenibles y equitativas.
Mujeres al frente de los puertos y la industria marítima
Durante décadas, la gestión portuaria en Argentina estuvo dominada por hombres. Sin embargo, hoy en día varias mujeres ocupan roles clave en la administración y dirección de puertos estratégicos. Su liderazgo no solo ha aportado nuevas perspectivas, sino que ha impulsado políticas innovadoras y una modernización que fortalece la competitividad del sector.
El reconocimiento de estas mujeres no solo es un acto de justicia, sino una muestra de que abrir espacios de decisión a distintos sectores de la sociedad genera mejores resultados. La diversidad en la toma de decisiones enriquece la gestión y permite soluciones más equitativas y sostenibles.
Eliminar barreras para avanzar
Uno de los avances recientes más importantes en Argentina fue la derogación de la Ley 11.317 que prohibía a las mujeres desempeñar trabajos considerados «peligrosos o insalubres» y les impedía acceder a ciertos sectores industriales y marítimos.
Esta norma, que estuvo vigente desde 1924, perpetuó por décadas la exclusión femenina en distintos ámbitos laborales. La eliminación de estas trabas es un paso fundamental, pero aún queda mucho por hacer.
No se trata solo de permitir el ingreso de mujeres en estos espacios, sino de garantizar condiciones equitativas, en las que puedan crecer profesionalmente sin enfrentar prejuicios o techos de cristal que frenen su desarrollo. Es fundamental generar políticas que fomenten la inclusión y el acceso a cargos de decisión. La representación importa: cuando una mujer ocupa un rol de liderazgo, inspira a otras a seguir el mismo camino. Su presencia envía un mensaje claro de que la igualdad no es un favor ni una concesión, sino un derecho.
Protagonistas en la Antártida y en la ciencia
Las mujeres también están marcando la diferencia en ámbitos de extrema exigencia, como las misiones científicas en la Antártida. En la última Campaña Antártica de Argentina, mujeres han desempeñado roles cruciales en trabajos de riesgo, operando maquinaria, realizando tareas logísticas y contribuyendo a la investigación en condiciones climáticas extremas.
Además, un grupo de 116 científicas argentinas partió recientemente hacia la Antártida con la misión de liderar iniciativas de cambio global. Su presencia en estos espacios no solo es un reconocimiento a su talento, sino una señal de que la ciencia y la exploración no deben estar limitadas por estereotipos de género.
Las pioneras que allanaron el camino
A lo largo de la historia, muchas mujeres desafiaron normas y abrieron puertas en sectores que les estaban vedados. Algunas de ellas fueron:
- Cecilia Grierson, primera médica argentina, quien luchó contra el prejuicio y abrió el camino para las mujeres en la medicina.
- Élida Passo, la primera farmacéutica del país, quien desafió normas para poder estudiar y ejercer su profesión.
- Paulina Mühlmann, pionera en la geología de campo en Argentina.
- Doris West, única mujer en la tripulación del buque mercante Formosa durante la Guerra de Malvinas.
- Eulalia Ares, la primera mujer en gobernar una provincia en Argentina, en una época en la que la política era exclusivamente masculina.
- María Roldán, sindicalista y una de las primeras mujeres en liderar una movilización obrera en el país.
Estas mujeres abrieron caminos en sus respectivas áreas, pero la lucha por la igualdad no ha terminado. Cada una de ellas enfrentó desafíos similares a los que hoy encuentran muchas mujeres en la industria portuaria, marítima y científica.
Su ejemplo demuestra que el cambio es posible cuando se desafían los límites impuestos por la sociedad. Es el momento de reconocer el trabajo de las mujeres que han transformado sectores dominados por hombres y de exigir que las futuras generaciones tengan más oportunidades y menos barreras.
Que este 8 de marzo sea un punto de inflexión para seguir avanzando hacia un mundo donde el talento y la capacidad sean los únicos factores que determinen quién ocupa un lugar de liderazgo.