En las últimas semanas, el caudal del río Paraná experimentó un descenso persistente, lo que ha llevado al Instituto Nacional del Agua (INA) a emitir un comunicado sobre la situación de la cuenca del Plata.
Según el comunicado del INA, la afluencia a Yacyretá se encuentra en fase de descenso con una leve recuperación, aunque aún por debajo de los niveles normales debido al déficit en el derrame de Itaipú y a las condiciones de aguas bajas.
Los especialistas pronostican que el río Paraná seguirá en descenso en la costa del Paraná, ya que se espera que el Litoral reciba menos lluvias de lo habitual para esta época del año. Además, el almacenamiento en el Alto Paraná se encuentra por debajo del valor operativo normal, con una erogación de caudal muy poco variable y por debajo de lo normal.
En Corrientes, el nivel del agua está alcanzando su punto máximo de ascenso y se espera que descienda levemente antes de estabilizarse a corto plazo. Para el tramo La Paz – Rosario, se anticipa un leve ascenso con incrementos moderados de amplitud, mientras que la ruta Santa Fe – Rosario se verá menos afectada.
En Itaipú, tanto la afluencia como la descarga muestran oscilaciones acotadas en rango de aguas bajas, con una posible recuperación hacia principios de julio. Por otro lado, el río Uruguay presenta una tendencia oscilante con una base estable en aguas medias, aunque se anticipa un probable desarrollo de condiciones inestables en el tramo medio y superior durante la próxima semana.
En este contexto, los comerciantes agrupados en la Cámara Náutica expresaron una profunda preocupación debido a una caída significativa en la actividad del sector, estimada entre el 70% y el 80% en comparación con el año pasado. Esta alarmante disminución se debe principalmente a la delicada situación económica, agravada aún más por la bajante del río que pone en jaque al sector náutico.
Jorge Pinilla, integrante de la Cámara Náutica, comentó a VersiónRosario sobre la difícil situación en una entrevista reciente. «La situación económica está peor que la bajante», afirmó Pinilla, destacando que los niveles del río han llegado a un punto crítico. Este severo descenso en el nivel del agua ha impedido que muchos barcos y veleros puedan salir de sus amarres. Aunque algunas guarderías náuticas han realizado dragados para mantener operativos sus espejos de agua, solo entre el 80% y el 90% de estas instalaciones están funcionando actualmente.
Pinilla también se refirió a los altos costos de los repuestos y las reparaciones, que han llevado a muchos negocios náuticos a una situación acuciante. «Estamos cayendo en un nivel bastante crítico«, señaló Pinilla,mencionando que prácticamente no hay actividad en estos negocios. Las ventas han caído drásticamente, con semanas enteras sin clientes en su negocio familiar. Estimó que la actividad comercial ha disminuido en un 80% respecto al año anterior. «Hay semanas en las que no viene nadie a comprar algo. Si se hace una venta importante, es mucha plata porque las cosas son muy caras, pero es algo muy esporádico«, explicó. Esta falta de actividad y ventas está afectando gravemente a los comerciantes, quienes se encuentran en una situación muy desfavorable. Pinilla expresó su inquietud sobre la próxima temporada de primavera y verano, que tradicionalmente es una época de alta actividad para el sector náutico.