El congelador merlucero API VII arribará el 23 de septiembre con más de 700 toneladas de merluza, en un contexto de baja actividad por la ausencia de tangoneros.
Redacción GlobalPorts
Puerto Deseado se prepara para recibir este 23 de septiembre al API VII, buque congelador merlucero de la empresa Iberconsa, que traerá consigo más de 700 toneladas de materia prima, mayoritariamente merluza. Su descarga genera expectativas en la comunidad portuaria y promete reactivar, al menos parcialmente, la actividad en uno de los enclaves pesqueros más importantes de Santa Cruz.
La operatoria se producirá en un escenario complejo: la escasa presencia de tangoneros en la temporada de langostino redujo drásticamente los volúmenes de descarga en el puerto, con fuerte impacto en la logística, el empleo y los servicios asociados.
Un puerto golpeado busca señales de recuperación
El corrimiento hacia el norte de los principales bancos de langostino encareció la navegación para los buques que deberían operar desde Puerto Deseado, desincentivando su presencia. A esta situación se suman las tasas portuarias, que distintos actores del sector señalan como un factor clave a revisar para mantener la competitividad del enclave santacruceño.
La llegada del API VII no resuelve por sí sola la coyuntura, pero sí envía una señal alentadora de actividad y continuidad operativa. Según referentes del sector, el retorno masivo de tangoneros podría producirse naturalmente con el cierre de la temporada de langostino, aunque sin una estrategia clara de estímulo las dudas persisten.
Medidas para sostener la actividad
En paralelo, el Gobierno de Santa Cruz dispuso la exención temporal de tasas portuarias para buques que descarguen en Puerto Deseado durante las obras de recuperación del muelle. Además, se habilitó la Subárea 15 para la prospección de langostino, lo que podría atraer nuevamente a la flota.
Las obras de infraestructura incluyen la reparación de defensas, la mejora de redes de incendios y tareas de mantenimiento, con el objetivo de asegurar mayor seguridad y operatividad al puerto.
El arribo del API VII movilizará a estibadores, transportistas, servicios de frío y operadores logísticos, generando un alivio en la cadena que depende directamente de la descarga pesquera. En un puerto marcado por la incertidumbre, cada movimiento de flota cobra relevancia.
En ese contexto, la llegada del buque de Iberconsa no solo se interpreta como una operación puntual, sino como un respiro necesario para una comunidad portuaria que busca recuperar dinamismo y previsibilidad en su principal actividad económica.



























