Las intensas lluvias que se registran en las altas cuencas del río Iguazú provocaron una crecida extraordinaria que obligó a las hidroeléctricas Baixo do Iguazú y Caxias a abrir las compuertas para aliviar la carga.
Tras este evento, ambas represas informaron a la empresa concesionaria de los paseos en Cataratas, quienes evaluaron la situación teniendo en cuenta que en aproximadamente 24 horas el caudal superaría los 8.000 metros cúbicos, por lo que decidieron cerrar de forma preventiva el circuito Garganta del Diablo.
“Se calcula que va a superar los 13 metros debido a que la cantidad de milímetros que llovió son muchos en la cuenca del río Uruguay y la cantidad de metros cúbicos (m³) que está largando Chapecó equivale a más de 20 mil m³/s”, dijo este miércoles el intendente Roque Soboczinski a una radio de Posadas.
“Esto equivale a superar las últimas dos o tres crecidas que tuvimos. Vamos a estar bordeando los 14 metros“, aclaró el jefe comunal.
El cruce fronterizo en balsa en el puerto El Soberbio-Porto Soberbo (Brasil), quedó suspendido desde este miércoles por la mañana, ya que se corta el servicio a partir de los 7,50 metros.
El servicio de agua potable fue suspendido por el efecto de las crecidas repentinas, “se tapa todo lo que sea el sistema de bomba y automáticamente queda fuera de servicio por una cuestión de seguridad“, se informó.
En la zona ribereña de San Javier el río Uruguay crecía a razón de 5 centímetros por hora, según un informe de la Prefectura Naval, por lo que los habitantes del lugar se mantenían en alerta.
¿Cómo influirá la crecida del Iguazú en el nivel del río Paraná?
El ingeniero en Recursos Hídricos, Hugo Rohrmann explicó que “la particularidad de la cuenca del Iguazú es su respuesta muy rápida, que a lo largo de la historia ha duplicado la cantidad de agua que traía el río Paraná en crecida”. Sin embargo, marcó que se trata de una cuenca muy pequeña, con lo cual en pocos días el nivel vuelve a la normalidad.
“Sobre el río Iguazú hay seis represas importantes, que ya venían con el volumen útil en el máximo, por lo cual no tienen capacidad de amortiguar (más caudal) ni de guardar agua”, reveló, contrastando con lo que ocurre con las represas que están sobre el Paraná y que tienen volúmenes de almacenamiento al 50%.
“Dentro de esta gran bajante del Paraná, esta es una muy buena noticia porque Iguazú y toda la zona cercana a Itaipú, donde también llovió, es el corazón de generación de caudales. Independientemente de los pronósticos de lluvias en Argentina y Brasil, que muestran que serán deficitarias con respecto al promedio hasta fin de año, esto que ocurre ahora sería una excepción“, resumió.
Rohrmann marcó, con una mirada más de mediano plazo, que en toda la cuenca de aporte del Paraná, en la zona de Itaipú, en Brasil, no ha llovido tanto como para dar por terminada a la bajante histórica.
“Este contexto de poco caudal arriba y el pronóstico estacional de tres meses que dice que estará deprimido, no permiten decir que la bajante se terminó. Además, el fenómeno de La Niña –que no existía cuando la bajante comenzó-, es otro factor que está ayudando a que haya menores lluvias“, argumentó.
De ese pronóstico trimestral que indica precipitaciones inferiores al promedio normal para esta época, el especialista destacó que se presenta como un inconveniente ya que se trata de la estación lluviosa para esta región. “Creó un poco de desazón este pronóstico; pero, de alguna manera, estas lluvias (en la cuenca del Iguazú) están diciendo que no es tan así como indicaba“, sostuvo, y amplió: “Nuestra zona (Chaco, Corrientes y el sur de Paraguay) presenta bastante imprevisión más allá del primer mes del pronóstico porque estamos en un clima de transición”.
Fuentes: Telam/ diario del norte