Las relaciones comerciales entre Argentina y Brasil enfrentan crecientes desafíos, marcadas por una serie de obstáculos burocráticos y regulaciones que complican el flujo de exportaciones argentinas hacia el vecino país. 

Según los informes de la industria, estos problemas están afectando principalmente a sectores clave como el vitivinícola y el de productos cosméticos, digitales y farmacéuticos.

Los empresarios argentinos han expresado su preocupación por las barreras no arancelarias impuestas por Brasil, las cuales incluyen dificultades en los trámites aduaneros, la imposición de impuestos especiales y sanciones arbitrarias. 

En particular, la exportación de mosto de uva a granel para usos no vinícolas se ha visto especialmente afectada, con trabas adicionales en la capacidad de registrar productos y la aceptación de ensayos y certificaciones realizados en Argentina.

Uno de los aspectos más críticos reportados incluye la exigencia de descripciones en portugués para la composición química de productos cosméticos, complicando significativamente el proceso de exportación. Asimismo, se han reportado demoras en el registro de medicamentos y un reconocimiento insuficiente de los ensayos clínicos argentinos.

Además, los empresarios han señalado la aplicación de impuestos a las exportaciones de servicios y productos digitales, junto con multas por errores formales en los certificados de origen, como principales puntos de fricción que generan incertidumbre y frustración en el comercio bilateral.

Por otro lado, en Brasil, los productores lácteos están presionando por medidas proteccionistas para limitar las importaciones desde Argentina y Uruguay, argumentando la necesidad de proteger la producción local. Este escenario complica aún más la integración comercial entre los dos países.

Ante esta situación, el Gobierno argentino ha tomado medidas para relajar los controles sobre una parte de los productos de importación, en un intento por facilitar el comercio y mejorar las relaciones comerciales con Brasil. Sin embargo, aún está por determinarse cómo estas nuevas políticas afectarán el flujo comercial y si serán suficientes para aliviar las tensiones existentes.

La industria y los gobiernos de ambos países están llamados a dialogar y buscar soluciones conjuntas que permitan una relación comercial más fluida y beneficiosa para ambas partes.

Con información de El Esqui /Ámbito