El titular de la Agencia Nacional de Puertos, Iñaki Arreseygor, convocó a representantes de la agroindustria a una reunión reservada en Buenos Aires para discutir la nueva licitación de la Vía Navegable Troncal (VNT), tras la cancelación del proceso anterior. Según trascendidos, Arreseygor se habría mostrado flexible a incorporar modificaciones en los pliegos con el objetivo de evitar un nuevo fracaso, según informó, el periodista Mariano Galíndez en Rosario3.

A la reunión habrían asistido directivos de la Cámara de la Industria Aceitera, la Cámara de Puertos Privados y la Bolsa de Comercio de Rosario, quienes plantearon ajustes clave en la licitación.

Arreseygor se alineó, según la información publicada, con la postura de los exportadores de granos respecto a la necesidad de resolver y licitar la nueva concesión en un plazo de seis meses. Para ello, anunció la inminente convocatoria a mesas de consulta con los distintos actores de la hidrovía, con la intención de abrir rondas de diálogo no vinculantes.

Entre los puntos discutidos con los directivos, trascendió que se destacó la posibilidad de reducir el plazo de concesión, originalmente establecido en 30 años renovables por otros 30, a opciones más acotadas como 20 años más 10 o 15 más 5.

Otro de los cambios que podrían incorporarse es la ampliación del dragado a 40 pies en lugar de los 39 iniciales, así como una mayor precisión en los tiempos y compromisos para futuras profundizaciones. Sin embargo, Arreseygor, según indicaron fuentes del sector, habría descartado la posibilidad de dividir la hidrovía en dos concesiones separadas (una para dragado y otra para balizamiento) o fraccionarla por tramos entre el Río de la Plata y el Río Paraná.

En cuanto a las tarifas, el gobierno se habría mantenido firme en su intención de garantizar servicios de primer nivel, aunque se mostró abierto a revisar costos adicionales que encarecían el peaje. También confirmó que no modificará el sistema tarifario, lo que beneficiaría a los puertos cerealeros de la zona Up River.

Si bien los representantes del sector agroindustrial valoran la predisposición del gobierno a considerar cambios, persiste la cautela ante posibles reveses. La experiencia previa, en la que se anunciaron consultas técnicas que finalmente fueron desestimadas en el primer llamado, genera escepticismo sobre la concreción efectiva de los ajustes propuestos. De hecho, el fracaso de la primera licitación era previsible para muchos actores del sector, que habían advertido sobre los errores en los pliegos, pero sus observaciones no fueron tomadas en cuenta.

A esto se suma que, tras la cancelación de la licitación, el gobierno responsabilizó al ex presidente Mauricio Macri y a la dragadora belga Deme por el fracaso del proceso, sin asumir ninguna autocrítica por la redacción de pliegos con exigencias que, según especialistas, resultaban inviables. En el sector privado, esto fue interpretado como un intento de desligarse de la responsabilidad de un proceso mal diseñado desde el inicio.

El futuro de la hidrovía sigue siendo una de las prioridades del sector logístico y exportador, y los próximos meses serán clave para definir el rumbo de esta infraestructura estratégica para el comercio exterior argentino.