Por: Guillermo Gammacurta

Entre noviembre de 2016 y diciembre de 2019, se emitieron órdenes de pago a empresas relacionadas por u$s1.169 millones. Para los peritos contables el default de la agroexportadora declarado en diciembre de 2019 “se venía gestando al menos desde principio del año anterior”. Además, dejan en evidencia las acciones para ocultar a los bancos nacionales e internacionales la verdadera situación de los ratos financieros.

Tras un pormenorizado trabajo de investigación financiera y contable que les llevó 8 meses, los peritos forenses entregaron el informe final de la auditoría contable en el marco de la causa del concurso preventivo de Vicentin SAIC, en donde confirman un complejo entramado societario, y revelan maniobras tendientes a ocultar la verdadera situación patrimonial de la empresa a las entidades financieras, y cientos de transferencias por decenas de millones de dólares con las compañías controladas.

Con la firma de Raúl Saccani, Daniel Abelovich, Marcos Bazán y Arnaud Iribarne, el Informe Final del Cuerpo de Auditores Forenses fue entregado el 16 de junio al juez civil y comercial de Reconquista, Fabián Lorenzini. A lo largo de 256 páginas la auditoría a la que accedió Ámbito analiza la conformación del grupo empresario nacido en la localidad de Avellaneda en Santa Fe, las variaciones significativas en sus estados contables, flujos de caja, y movimientos de activos.

Los peritos tuvieron en cuenta que luego de 90 años de historia la agroexportadora conformó un entramado societario en donde una sociedad holding, Vicentin Family Group, también constituida en Uruguay, cuyos accionistas, en su mayoría, coinciden con los de Vicentin SAIC, controla a VFG Inversiones y Actividades Especiales S.A. e Industria Agroalimentaria Latam S.A., lo que derivó además en una red de empresas controladas y/o vinculadas con domicilio local o internacional (Uruguay, Paraguay, Brasil, Europa).

Por este motivo, los especialistas analizaron los estados contables de diez firmas en las que Vicentin SAIC mantiene una participación accionaria minoritaria al 31 de octubre de 2019. Observamos como común denominador que dichas empresas presentan resultados negativos. Algunos casos presentan resultados positivos exiguos, producto de eventos extraordinarios como la realización de activos o reconocimiento de quitas de deuda, afirman los peritos.

Para la auditoria esa es la punta del ovillo de un complejo entramado de transacciones entre las entidades Non-Core y Vicentin (Argentina y Uruguay) y entre las propias Non-Core, según surge del universo de transferencias informadas en el procedimiento de Discovery (pedido por los bancos internacionales acreedores ante la justicia de los Estados Unidos).

Respecto de las diez entidades analizadas, se observan pérdidas en 2017 y 2018 que ascendieron a un total de USD 62,6 millones, netas de una ganancia de USD 4,7 millones en el año 2018. Si se lo compara con las ganancias que expone la Concursada en sus Estados Contables en USD bajo normas IFRS, encontramos que las pérdidas de los negocios Non-Core para esos dos ejercicios económicos duplicaban dichas ganancias contables”, indica el informe.

Pero la cuestión comienza a complejizarse porque “se advierte un manejo centralizado de los fondos de todo el ecosistema desde la tesorería de la Concursada (Vicentin)”. En ese sentido, los peritos advierten que algunas empresas Non-Core parecen cumplir una doble función de proveedores de bienes o servicios, mientras que al mismo tiempo funcionarían como prestamistas de unos créditos tomados con terceras entidades, algunos garantizados por la propia Concursada”. Y agregan que estos financiamientos eran respaldados por facturas comerciales, algunas cuyo concepto era ‘Anticipos’, por supuestos bienes o servicios adquiridos por la Concursada, de los cuales no hemos podido analizar que correspondan con valores de mercado razonables”.

En cuanto al “dinero que va y viene en cada mes” entre Vicentin y las empresas relacionadas “resulta indudable la magnitud de los fondos que fueron enviados a estas empresas Non-Core”Entre noviembre de 2016 y diciembre de 2019, se emitieron Órdenes de Pago a empresas Non-Core por u$s1.169 millones. Al respecto, los peritos concluyen que sin los desembolsos de la Concursada, las entidades Non-Core no hubieran conseguido otra fuente de financiamiento de semejante magnitud”.

La Concursada encabeza un ecosistema de empresas vinculadas que generaron pérdidas de mayor magnitud que las ganancias generadas por el negocio principal, lo que implicó la inversión en negocios deficitarios que aspiraron capital de trabajo durante años, recapitulan los peritos.

Vicentin oculta su verdadera situación patrimonial a los bancos
Hay que recordar que el concurso que se tramita en el juzgado de Reconquista, Vicentin declaró una deuda que asciende a u$s1.350 millones, de los cuales unos u$s1.000 millones están contraídos con los bancos y otros u$s350 millones con empresas del sector agrícola.

El informe final de los peritos contables muestra que los mayores movimientos en cantidades y montos entre Vicentin y las empresas relacionadas se observan puntualmente en octubre de 2017 y en octubre de 2018, mes en el que tiene lugar el cierre del ejercicio económico, que en parte son compensados en los meses siguientes. Es por eso que los especialistas sostienen que existía una preocupación por exponer una situación mejor que la real” ante los acreedores financieros internacionales.

En esa línea, a partir del análisis de varios créditos obtenidos por Vicentin de bancos nacionales e internacionales con el aparente objetivo de la prefinanciación de exportaciones, los peritos señalan que en realidad los desembolsos de los préstamos tenían cómo finalidad el sostenimiento del flujo de fondos operativos de la Concursada, sea para gastos corrientes –incluyendo el pago a proveedores granarios – o la cancelación de deudas financieras”.

Del informe surge que Vicentin necesitaba continuamente de estos créditos financieros para solventar su giro de negocio. De hecho, de los 38 meses analizados sólo en cuatro no hubo algún desembolso. Es posible que las entidades hubieran suspendido el auxilio financiero si la Concursada hubiera expuesto la información financiera y ratios en su real dimensión, enfatizan los peritos.

Es que para acceder al financiamiento, Vicentin debía cumplir con ciertos indicadores financieros e información de acuerdo con los International Financial Reporting Standards (IFRS por sus siglas en inglés). La revisión de la evidencia electrónica muestra la preocupación, al más alto nivel de la Concursada e incluso desde tiempos muy anteriores al período bajo análisis, por disimular la situación de iliquidez, lo que hubiera significado un incumplimiento de los ratios financieros con el consecuente evento de default de acuerdo a los contratos de financiamiento, dice de manera lapidaria la auditoria.

Además, el informe analiza la evolución del Pasivo Corriente de Vicentin durante los ejercicios económicos de 2017, 2018 y 2019. Justamente, algunas de las cuentas del Pasivo Corriente incluyen en su descripción el término “Asientos Manuales”, que usualmente refiere a ajustes fuera de las registraciones automáticas del sistema contable, que se realizan para modificar el saldo de las cuentas. Es evidente que el sistema contable de la Concursada no era utilizado como una herramienta para la gestión, cuando presenta tantas partidas pendientes de compensar. Observamos que a partir de mediados del año 2018 se presentan mayores ajustes manuales al término de cada trimestre, en contraste con los trimestres anteriores. Esto evidencia una mayor dificultad para mantener el nivel del Pasivo Corriente. Nótese que la vigencia de los contratos con entidades internacionales requería la emisión de estados financieros trimestrales que mostraran el cumplimiento de los ratios financieros ya analizados, indican los peritos.

En este punto vale recordar que el 4 de diciembre 2019, Vicentin anunció de forma sorpresiva a sus acreedores que se encontraba en una situación de “estrés financiero” por lo que no podía enfrentar sus obligaciones, incurriendo técnicamente en cesación de pagos a partir de ese momento. Sin embargo, los peritos concluyen de forma indubitable que la situación de estrés financiero hacia fines del ejercicio 2019, que la Concursada sostiene como argumento para abrir el proceso concursal, no es sino el desenlace de un deterioro que se venía gestando al menos desde principio del año anterior”.

Transparentar los números para concursar
La información presentada en el trimestre cerrado en julio de 2019 y la expuesta en el balance anual a octubre de ese año, revela variaciones significativas que desafían la validez de la información contable utilizada para las decisiones crediticias de los acreedores financieros”, señala la auditoría forense que ya obra en el concurso de acreedores.

Al respecto, uno de los puntos puestos en duda es el cómputo de la cantidad de semillas a liquidar y/o fijar como parte del cálculo de las existencias contables iniciales y finales de materias primas, lo que tiene un impacto directo en el monto adeudado a los proveedores granarios.

La auditoría indica que en los ejercicios 2017 y 2018, unas 2,18 y 1,76 millones de toneladas que corresponden a precios fijados con posterioridad al 31 de octubre de dichos años, y con fecha de recepción anterior, habrían sido omitidas de ser reveladas como una mayor deuda con proveedores granarios, representando u$s463 y u$s395 millones respectivamente para dichos ejercicios.

Las maniobras de los dueños y directivos de Vicentin para ocultar la iliquidez sirvieron para diferir la eclosión y seguir obteniendo financiamiento. En ese sentido, la auditoria señala que “la verdadera situación de la Concursada se transparenta en el último trimestre del ejercicio”. Y sostiene que “la consistencia en las cifras expuestas a lo largo de once trimestres, con una aparente solidez desde el punto de vista económico y financiero, es seguida de una notoria caída en el último trimestre sobre la base del balance al 31 de octubre de 2019 que la Concursada presenta muchos meses más tarde”.

En ese sentido, los peritos dejan en evidencia esas maniobras de ocultamiento ya que, durante once trimestres desde noviembre de 2016 hasta julio de 2019, Vicentin exponía en su información financiera un activo corriente (neto del pasivo corriente) que venía creciendo de manera consistente, promediando los u$s1.000 millones entre julio de 2018 y julio de 2019. Pero en el último trimestre se observan unas variaciones significativas, con pérdida del Patrimonio Neto de u$s909,9 millones en tan solo tres meses, de acuerdo a lo reportado en octubre de 2019.

Semejante destrucción de valor tiene su contrapartida en la caída de los inventarios y el aumento en las deudas comerciales. En efecto, en el último trimestre las deudas comerciales, fiscales y sociales reportadas por la Concursada crecieron u$s580,2 millones, es decir, aumentaron un 544% y el Activo Corriente tuvo una disminución de u$s584,4 millones, lo que representa una caída del 52%. Asimismo, al 31 de octubre de 2019 se observa una disminución en los Bienes de cambio, de u$s559,3 millones (caída de 78%), en tan solo tres meses, concluyen los peritos.  Fuente: Ámbito