El Segundo Foro Fluvial Sudamericano, desarrollado en la Casa de la Integración del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), cerró el día con un panel dedicado a los “Desafíos de la gestión para el desarrollo de las hidrovías sudamericanas” que reunió a destacados referentes del sector fluvial regional.
Por Violeta García, GlobalPorts
El panel estuvo integrado por Adalberto Tokarski, especialista brasileño en transporte multimodal y logística; Rafael Riva, especialista en Comercio Internacional y Logística de CADEX (Bolivia); Enrique Guardo, director argentino de la Comisión Mixta del Río Paraná (COMIP); y Felipe González, ejecutivo de la Gerencia de Infraestructura para el Desarrollo (GID-DICI) de CAF. La coordinación estuvo a cargo de Diego Bercholc, Partner & CCO de GlobalPorts, medio especializado en puertos, hidrovías y transporte multimodal, que participó como media partner del encuentro.
La gestión como motor de la integración
En su introducción, Diego Bercholc subrayó que la integración fluvial sudamericana enfrenta un desafío de gestión tanto o más importante que el de la infraestructura. “El desarrollo de nuestras hidrovías no depende solo de la ingeniería, sino de la capacidad de coordinar decisiones, planificar obras, atraer inversiones y sostener políticas públicas a largo plazo. Sin gestión, no hay integración posible”, señaló.
Bercholc destacó además que los países de la región están atravesando un proceso de aprendizaje institucional, en el que las experiencias exitosas deben ser compartidas. “La región está atravesando un momento de definiciones sobre los modelos de gestión para las hidrovías, desde las concesiones a riesgo empresario hasta asociaciones público privadas, obras públicas e iniciativas privadas; creemos que lograr un esquema institucional eficiente es clave para garantizar la seguridad jurídica y así generar los incentivos para la inversión, la innovación, la realización de las obras y así la mayor eficiencia logística, productividad y competitividad”, expresó al iniciar la conversación con los especialistas.

Adalberto Tokarski: la gestión necesita previsibilidad y armonización
El primer expositor, Adalberto Tokarski, ofreció una visión crítica sobre la fragmentación institucional que afecta al desarrollo fluvial. “La hidrovía no puede gestionarse desde visiones parciales o nacionales. Los ríos atraviesan fronteras, y las regulaciones también deben hacerlo”, planteó.
Tokarski enfatizó que la región necesita avanzar hacia una gobernanza coordinada y profesionalizada, con normas comunes y sistemas administrativos compatibles. “Mientras cada país aplique criterios distintos para el control de embarcaciones, las tarifas portuarias o los estándares de seguridad, seguiremos perdiendo eficiencia y competitividad”, advirtió.
El especialista brasileño insistió en la importancia de incorporar tecnología y gestión de datos en la administración de las hidrovías. “Las decisiones deben basarse en evidencia. Necesitamos sistemas de monitoreo integrados, bases de datos compartidas y procesos digitales que permitan gestionar en tiempo real el tráfico, el dragado y la seguridad de la navegación. Sin información, no hay gestión moderna posible”, concluyó.
Rafael Riva: cooperación y visión logística regional
Desde Bolivia, Rafael Riva situó la discusión en el marco de la integración logística sudamericana. “Las hidrovías no son solo canales de transporte; son corredores de desarrollo que articulan economías, industrias y comunidades. Por eso la gestión debe ser regional, participativa y orientada al desarrollo productivo”, afirmó.
Riva destacó la necesidad de superar las asimetrías entre los países de la región en materia de infraestructura y regulaciones. “No hay desarrollo fluvial posible si un país dragó su tramo y el vecino no. Tampoco si uno tiene controles eficientes y otro no. La hidrovía es un sistema continuo: su rendimiento depende del eslabón más débil”, señaló.
El especialista de CADEX valoró además el rol del sector privado en la sostenibilidad de la gestión: “Las empresas fluviales, las cámaras y los operadores portuarios deben formar parte de los procesos de decisión. El Estado fija las reglas, pero la gestión cotidiana la realizan quienes operan los buques y los puertos”.
Para Riva, el desafío consiste en convertir la cooperación técnica en políticas estables. “En los foros coincidimos en los diagnósticos, pero debemos avanzar en compromisos concretos: acuerdos binacionales, fondos específicos, mesas permanentes de trabajo. Solo así la integración dejará de ser un ideal y se transformará en una práctica cotidiana”, concluyó.

Enrique Guardo: la experiencia binacional en el Río Paraná
El argentino Enrique Guardo, director del tramo nacional de la Comisión Mixta del Río Paraná (COMIP), aportó una mirada centrada en la gestión institucional binacional. “La COMIP es un ejemplo de cooperación efectiva entre dos países que comparten un recurso estratégico. Su éxito radica en la continuidad técnica y en la confianza construida entre los equipos de Argentina y Paraguay”, explicó.
Guardo destacó que el trabajo de la Comisión se apoya en la planificación de largo plazo y en la cooperación científica. “Las decisiones sobre dragado, balizamiento o control ambiental se basan en estudios conjuntos y en información validada por ambos Estados. Esa es la base de la gobernanza: conocimiento compartido y voluntad política sostenida.”
Advirtió, sin embargo, que los procesos institucionales aún enfrentan tensiones presupuestarias y políticas. “Una hidrovía no puede depender del ciclo electoral. Las instituciones fluviales deben tener financiamiento propio, personal especializado y mecanismos que garanticen continuidad más allá de los gobiernos de turno.”
El funcionario subrayó que la coordinación binacional en el Paraná demuestra que es posible conciliar intereses económicos, ambientales y sociales. “Cada decisión técnica implica un equilibrio: mantener la navegabilidad sin dañar el ecosistema, mejorar la competitividad sin perder soberanía, y generar desarrollo sin comprometer la sostenibilidad. Esa es la esencia de la gestión fluvial moderna”, resumió.
Felipe González: la mirada estratégica de CAF
El cierre del panel estuvo a cargo de Felipe González, ejecutivo de la Gerencia de Infraestructura para el Desarrollo (GID-DICI) de CAF, quien presentó la visión de la institución sobre los desafíos de gestión en las hidrovías.
“Desde CAF entendemos que el principal reto de la gestión no es únicamente financiero, sino de articulación institucional”, sostuvo. “Las inversiones en infraestructura fluvial requieren marcos de gobernanza sólidos, capaces de generar confianza, atraer capital privado y asegurar la continuidad de los proyectos en el tiempo.”
González destacó el valor del enfoque multinivel promovido por CAF, que busca integrar los esfuerzos de los gobiernos nacionales, las administraciones portuarias y los actores locales. “El desarrollo fluvial se construye en capas: desde las grandes políticas de Estado hasta las operaciones diarias de un puerto. Cuando esas capas están alineadas, la gestión fluye; cuando no, se estanca.”
Además, resaltó la importancia de la planificación estratégica regional: “CAF acompaña el proceso de institucionalización del Foro Fluvial Sudamericano porque creemos que este espacio puede transformarse en un mecanismo permanente de cooperación, donde los países compartan datos, experiencias y objetivos comunes.”
Conclusiones: una gestión compartida para un futuro común
El intercambio entre los panelistas dejó una conclusión clara: la gestión de las hidrovías sudamericanas no es solo un asunto técnico, sino una tarea política, económica y ambiental que exige coordinación permanente.
Los especialistas coincidieron en la necesidad de avanzar hacia instituciones más robustas y transparentes, con marcos normativos compatibles, digitalización de procesos, monitoreo ambiental constante y participación del sector privado. También remarcaron que la sostenibilidad debe estar en el centro de toda decisión: una hidrovía eficiente es aquella que puede mantenerse operativa sin comprometer el equilibrio ecológico ni social de las cuencas.
En palabras de Diego Bercholc, quien cerró el debate, “las obras construyen infraestructura, pero la gestión construye futuro. Los ríos de Sudamérica seguirán siendo los mismos; lo que debemos transformar es la manera en que los administramos, cooperamos y planificamos sobre ellos.”
El panel concluyó con la convicción de que la integración fluvial sudamericana será posible solo si los países logran convertir la gestión en una herramienta de cooperación regional duradera, basada en la transparencia, la sostenibilidad y la eficiencia.




























