El Canal de Panamá, una de las principales vías fluviales del mundo, se encuentra en una situación crítica debido a una severa sequía que ha llevado a la disminución del nivel de agua en los lagos que alimentan el canal. Como resultado, los buques portacontenedores se ven obligados a aligerar sus cargas y enfrentan tarifas más altas, lo que afecta significativamente el comercio internacional.

En los últimos años, el Canal de Panamá ha experimentado una disminución preocupante en las precipitaciones, registrando una reducción del 20% en comparación con la media desde 2019. Según informes recientes de Everstream Analytics, las precipitaciones durante los meses de febrero a abril de este año han sido inferiores al 50% del promedio histórico.

El lago Gatún, el principal aporte de agua al canal, se encuentra en riesgo de alcanzar mínimos históricos en julio. Ante esta situación, las autoridades han implementado medidas para hacer frente a la sequía, incluyendo restricciones en el calado de los buques y el aumento de las tarifas de tránsito.

A partir del 24 de mayo, los buques de mayor tamaño deberán reducir su calado, es decir, la profundidad a la que se sumergen en el agua. Esto implica transportar menos carga o reducir el peso de los cargamentos. Además, el 1 de junio entrarán en vigencia nuevas tarifas para los bienes enviados a través del canal, las cuales han sido anunciadas por varios transportistas marítimos.

La medida restrictiva inicial permitirá calados de hasta 13,56 metros para buques Neo-Panamax, como los buques portacontenedores y transportadores de gas licuado de petróleo o graneles secos. Sin embargo, esta restricción se reducirá a 13,4 metros el 30 de mayo. Aunque parece una modificación mínima, se estima que algunos portacontenedores se verán obligados a desprenderse del 40% de su carga.

La escasez de agua en el Canal de Panamá ha generado retrasos en los envíos y provocado un aumento en los costos para los importadores y minoristas que utilizan esta importante vía de transporte. Según estimaciones de Nathan Strang, director de carga marítima de Flexport Inc., estos retrasos podrían generar un costo adicional de hasta 1,500 dólares por contenedor.

El Canal de Panamá ha enfrentado desafíos relacionados con la escasez de agua durante décadas, pero la situación se ha agravado desde la expansión realizada en 2016 para permitir el paso de buques más grandes. La dependencia de los niveles de los lagos construidos artificialmente limita el uso del canal durante periodos de sequía, lo que obliga a imponer restricciones en el peso y carga de los buques.

Las autoridades del canal advierten que se espera que el nivel de agua en el lago Gatún alcance mínimos históricos en julio, lo que restringirá considerablemente la cantidad de carga que los buques podrán transportar. Dado que gran parte de estos buques transporta gas licuado de petróleo, graneles secos y gas natural licuado, cualquier interrupción en el flujo del canal afectará la industria energética de los Estados Unidos y su economía.

El Canal de Panamá está trabajando en estrecha colaboración con los actores del comercio internacional y las autoridades competentes para encontrar soluciones a corto y largo plazo que permitan enfrentar los desafíos generados por la sequía. Se están implementando medidas para optimizar el uso del agua y garantizar la continuidad del comercio a través del canal.

Para obtener más información sobre las medidas y actualizaciones relacionadas con la situación del Canal de Panamá, se invita a los interesados a visitar el sitio web oficial del canal o ponerse en contacto con las autoridades correspondientes.

El Canal de Panamá

Fue la obra de ingeniería más importante del siglo XX. Su puesta en marcha en 1914 conectó por primera vez el océano Atlántico y el Pacífico, permitiendo al tráfico marítimo ahorrar más de 20 mil kilómetros en rodear América.

El Canal de Panamá absorbe en la actualidad el seis por ciento del comercio mundial, pero atraviesa una de las peores crisis de su historia: la falta de agua ha obligado a sus autoridades a restringir el número de buques que lo usan.

Para entender cómo afecta la sequía al canal, debe comprenderse primero su estructura y la geografía del entorno. A diferencia del Canal de Suez, que une el Mediterráneo con el Mar Rojo y es enteramente navegable, el de Panamá cuenta con cinco conjuntos de esclusas que salvan los 25 metros de elevación que cruza la obra debido al entorno montañoso donde se asienta.

Es este intrincado sistema de “ascensores de barcos” ideado por los ingenieros de principios de siglo lo que hace especialmente sensible a la falta de agua al canal. Por cada barco que lo cruza, éste pierde un volumen de 200 mil metros cúbicos de agua.

Lo que es lo mismo, un cubo de sesenta metros de ancho, largo y alto. Esto ocurre porque el sistema, de 80 kilómetros de recorrido, se nutre enteramente del agua del Lago Gatún y el Miraflores, y se pierde en el océano cada vez que se abren las esclusas.

Con información de ABC  y Ambiente radio