Las olas del mar, disponibles en abundancia durante todo el año, pueden ser una valiosa adición a la creciente lista de fuentes de energía renovables que estamos aprovechando para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles.

Según la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), el potencial energético anual de las olas de la costa de Estados Unidos es de 2,64 billones de kilovatios-hora, aproximadamente el 66% de la generación anual de energía del país. 

Uno de los desafíos que enfrentan los científicos es encontrar el diseño óptimo para aprovechar la energía de las olas.  Se están probando diversos diseños, desde boyas oscilantes, hasta diseños que aprovechan las diferencias de presión en el fondo del mar.

Un diseño en forma de espina dorsal

Un singular dispositivo flotante con forma de espina dorsal, diseñado por una startup con sede en Chipre, promete aprovechar la energía de las olas y convertirla en electricidad.

Sea Wave Energy Limited (SWEL), con sede en Chipre, lleva más de una década trabajando en su tecnología para captar la energía de las olas. A principios de este año, la empresa presentó el prototipo llamado Waveline Magnet, que consta de varias plataformas flotantes unidas entre sí para darle un aspecto de columna flotante.

El sistema modular y flexible está diseñado para que el generador de energía pueda seguir sin problemas el movimiento de las olas. Esto, según la empresa, permite al dispositivo controlar la cantidad de energía que se extrae de la ola de forma controlada y no disruptiva.

Además, el dispositivo puede fabricarse con plásticos y plásticos reforzados que no requieren líneas de producción especializadas, lo que reduce el coste de su fabricación. El dispositivo no sólo puede fabricarse y desplegarse rápidamente, sino que sus costes de reparación y mantenimiento también son bajos.

En las condiciones adecuadas, un solo convertidor de energía de las olas puede generar hasta 100 MW de potencia, afirma la empresa, y su bajo coste de producción de energía lo sitúa ya a la altura de los combustibles fósiles.

El prototipo se ha probado en gran medida en entornos controlados. Hasta el año pasado no se llevó el dispositivo a la bahía de Larnaca (Chipre) para sus pruebas en mar abierto.

Fuente: World Energy