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El colapso de la travesía del buque portacontenedores Maersk Saltoro ha puesto en jaque a la industria frutícola chilena. Desde la industria frutícola chilena han sido tajantes: «La carga ya está perdida». No solo porque ingresará en un mercado deprimido con precios probablemente desplomados tras las festividades, sino también porque los 18 días de exposición al sol en alta mar pueden comprometer la calidad del producto.

La nave, que partió desde el puerto de San Antonio el 27 de diciembre de 2024 con destino a Nansha, China, debía arribar el 17 de enero. Sin embargo, una falla mecánica en su motor principal el 12 de enero dejó a la embarcación varada en alta mar, exponiendo a la carga a condiciones que ponen en duda su calidad y rentabilidad en el mercado chino.

La situación es crítica. Si bien la naviera danesa Maersk ha informado que los contenedores refrigerados continúan conectados y que se están llevando a cabo trabajos de reparación, las demoras afectan directamente la comercialización de la fruta.

En el mejor de los casos, las cerezas llegarán a China el 9 de febrero, una semana después del inicio de las festividades del Año Nuevo Chino, período clave para la venta de este producto. Esta situación reduciría significativamente su valor comercial, afectando gravemente a los exportadores.

El presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura de Chile (SNA), Antonio Walker, expresó su preocupación por el impacto que tendrá este incidente en el sector: «Es un barco con un volumen muy importante de carga. Vamos a ver qué ocurre porque tenemos que evaluar la calidad y condición de la fruta cuando llegue a destino. Este tipo de travesías normalmente demora entre 23 y 25 días, pero el buque ya tiene un retraso de casi 20 días».

Fresh Cargo Ecuador informó que el valor total de la carga a bordo asciende a unos 115 millones de dólares, una inversión que podría representar pérdidas millonarias para los exportadores. Por ello, las empresas ya han activado mecanismos legales y seguros para definir las responsabilidades de la naviera en esta crisis.

El buque quedó detenido el 13 de enero a unos 1.200 kilómetros al noreste de Nueva Guinea, en la posición 2°25’57.7″ Norte y 155°33’59.0″ Este. Según plataformas de monitoreo marítimo como MarineTraffic y Maritime Optima, el problema mecánico del Maersk Saltoro ha imposibilitado su desplazamiento. La naviera ha indicado que está en contacto con los propietarios del buque, que navega bajo bandera de Singapur, y que se mantiene informando a los clientes afectados sobre el estado de las reparaciones.

El caso del Maersk Saltoro pone en evidencia la fragilidad de las cadenas de suministro en la exportación de productos perecibles. La industria de la fruta en Chile depende no solo de la eficiencia portuaria y logística, sino también de la confiabilidad de los buques encargados de su transporte.

Este incidente no solo conlleva pérdidas económicas inmediatas, sino que también podría afectar la reputación de Chile como proveedor confiable en los mercados internacionales. En un mundo donde los consumidores exigen productos frescos y en tiempos récord, cualquier interrupción en la logística puede generar un efecto dominó con impactos a lo largo de toda la cadena de valor.

MC/ PM/ PP/ LMN