El 24 de enero se espera la llegada de dos de los cruceros más grandes de la temporada, el Norwegian Star y el Oosterdam, al muelle Piedra Buena, en Puerto Madryn. A bordo de los dos buques viajan, aproximadamente seis mil personas, entre turistas y tripulantes. Sin embargo, existe incertidumbre sobre si podrán operar, ya que esto dependerá de la decisión de sindicatos nacionales que participan en la gestión de cruceros y su adhesión al paro nacional convocado para ese día.

Ante esta situación, Diego Pérez, rtitular de la Administración Portuaria, está trabajando intensamente para dialogar con los sindicatos involucrados y coordinar esfuerzos. El objetivo es evitar la interrupción de la operación de cruceros, la cual tiene un impacto significativo en la industria turística de Madryn.

Pérez expresó su compromiso en brindar previsibilidad a las operadoras y aseguró que se está contactando con varios sindicatos para abordar la situación de manera ordenada. Aunque existe buena voluntad por parte de algunos sindicatos, no hay garantía absoluta de que los barcos puedan atracar sin inconvenientes ni de que los turistas puedan desplazarse por la ciudad.

Las reuniones continuarán en los próximos días con el objetivo de alcanzar una decisión conjunta. Se destaca que los sindicatos involucrados en la operación de cruceros incluyen a los amarradores, serenos y la Administración Portuaria, así como trabajadores fuera del puerto, como UTA y Camioneros, quienes desempeñan un papel crucial en esta compleja coordinación.

Los sindicatos también están evaluando internamente cómo abordar la situación, considerando la importancia de trabajar en los días de llegada de cruceros, aunque deben equilibrarlo con la convocatoria al paro a nivel nacional, al cual adhieren. Una altenativa en estudio es que el paro comience, en el puerto, a partir de las 17 Horas que es la hroa en que zarparán los buques.  

En este contexto, Pérez enfatizó la necesidad de consenso para recibir a los cruceros, reconociendo el difícil panorama económico del país en materia turística. Subrayó que la no entrada de los barcos supondría un daño económico considerable para la Administración Portuaria y el sector en general, haciendo hincapié en el impacto positivo que generan en la industria del turismo local.