Por las trabas impuestas desde el gobierno, el sector del transporte y la logística está prácticamente paralizado, atado de pies y manos, sin saber qué hacer.

Delia Flores (*)

Hace más de 40 años que estoy en comercio exterior y juro que nunca he vivido situación peor que esta. Jamás el comercio exterior en Argentina, y todo lo que lo rodea, estuvo tan mal. Y lo peor es que no se ve la salida en esta incertidumbre pavorosa que nos embarga, y nos paraliza.

El mapa de hoy es el siguiente: bajaron el coeficiente económico financiero en las empresas, crucial para obtener licencias para importar. Prácticamente con esta medida, trabaron todo.

Las terminales abarrotadas de contenedores que llegan al puerto sin tener aún la aprobación para importar (SIRA), y deben ir a depósitos aduaneros a la espera de su aprobación. Esto trae el consiguiente costo de almacenaje por tiempo indefinido.

Las empresas de transporte internacional no pueden pagar a sus proveedores (fleteros, agentes, etc.), ocasionando perjuicios millonarios, merma de oferta logística, y costos, más costos, e inflación.

Los agentes de cargas, ante la decisión de los armadores marítimos, de exigir el pago de sus fletes únicamente en el exterior, por el mismo motivo: la casi imposibilidad de transferir desde aquí, los pagos a los proveedores.

La amenaza de muchas compañías navieras, de no tocar puertos de Argentina ante la imposibilidad de cobrar sus fletes.

Están arribando mercaderías sin tener aún la aprobación, (insumos para la industria, medicamentos, equipamientos, etc.) que llegan al país y quedan “guardadas” hasta poder retirarlas algún día, cuando se aprueben las SIRA y/o “haya dólares”.

Ocurre lo siguiente: los importadores (muchos) se aventuraron a embarcar los productos que necesitan imperiosamente, con la esperanza de que las SIRA salgan aprobadas en el trayecto del transporte, de modo que no tengan que embarcar recién cuando la aprobación salga, ya que eso le significa (en transporte marítimo) unos 30 días más como mínimo. 

¿Entonces, qué hacen? Embarcan. Se arriesgan Aún siendo esa una decisión desesperada, que les ocasionará un sinfín de costos adicionales de espera, almacenaje, movimientos, etc.

En el transporte de camiones, las empresas brasileñas, por ejemplo, denunciaron que tienen trabados en Argentina, sin poder cobrar, unos 1.000 millones de Reales, cifra que equivale a unos u$s 250 millones. Nos hundimos y arrastramos a nuestros vecinos y socios…

Perjuicios económicos, más inflación, falta de insumos para la industria, y para exportar. El sector del transporte y la logística está prácticamente paralizado, atado de pies y manos, sin saber qué hacer. Una especie de letargo, mezclado con impotencia y resignación hoy nos invade.

(*) Especialista en comercio exterior y logística internacional. Presidenta de CALIBRE

Fuente: Transport & Cargo, El Cronista