Vicentin, tomó la decisión de suspender temporalmente las operaciones en sus plantas de Ricardone y San Lorenzo por un período de seis meses. Esta medida, que entrará en vigor a partir de esta semana, se debe a múltiples factores que han impactado significativamente en las operaciones normales de la empresa.

Estanislao Bougain, director independiente de la firma, comentó: “Hoy marca el inicio de un cierre programado y excepcionalmente prolongado para nuestras plantas. Esta medida es necesaria dada la combinación de desafíos que enfrentamos, incluyendo la sequía y la demorada homologación del concurso. Nuestro personal entrará en guardias pasivas, garantizando el cobro del 100% de sus salarios mientras permanecen en sus hogares”.

Según informaron desde Vincentin, en primer lugar, la compañía ha enfrentado una severa escasez de materia prima debido a tres años consecutivos de sequías en la región. La falta de disponibilidad de soja para procesar ha afectado la capacidad operativa de Vicentin, reduciendo drásticamente su producción y desafiando su funcionamiento normal.

Según detallaron desde la cerealera, al final del año de soja habrán procesado aproximadamente un 30% de lo que solían manejar en un año normal, que oscilaba entre 4,5 y 5 millones de toneladas.

En 2023 se podría completar el procesamiento anual con unas 750.000 toneladas de soja. De esto, un 90% es grano importado de Paraguay y, en su mayoría, de Brasil. Es mercadería ingresada por Molinos Agro, Bunge, la Unión Agrícola de Avellaneda y la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA). Dentro de esto no se incluye la planta de producción Renova, que es la más grande de Sudamérica, de la cual Vicentin es propietaria del 33%, en tanto el 66% restante pertenece a Viterra. Vale recordar que, en medio de sus dificultades, la agroexportadora cedió participación a Viterra.

Asimismo, el Nodo Norte, en el norte de Santa Fe, donde hay una planta de etanol, seguirá con sus operaciones. Debe seguir produciendo ese biocombustible para pagar la deuda de Vicentin con el Banco Nación, originalmente de US$300 millones.

Además, las dificultades relacionadas con la demorada homologación judicial de la propuesta de pago han agravado la situación. A pesar de estas circunstancias, Vicentin aseguró que los empleados de las plantas afectadas, que suman un total de 850, continuarán recibiendo sus salarios durante este período de suspensión.

Esta decisión de suspender las operaciones en las plantas de Ricardone y San Lorenzo es un paso sin precedentes para Vicentin. A lo largo de sus cuarenta años de historia, la compañía había detenido las operaciones solo durante un período de 30 a 40 días al año para llevar a cabo labores de mantenimiento.