Chubut ha registrado una de las mejores temporadas de pesca de langostino en su historia, superando las 105.300 toneladas desembarcadas. Sin embargo, la capacidad de almacenamiento en frío se encuentra al borde del colapso, lo que ha abierto el debate sobre la necesidad de anticipar el cierre de la zafra. Mientras que algunas autoridades evalúan esta posibilidad, el sector pesquero insiste en prolongar la actividad hasta el 30 de marzo, siempre que las condiciones del recurso lo permitan.

Las recientes condiciones meteorológicas han favorecido la captura de langostinos de mayor tamaño, lo que ha mejorado el rendimiento de la actividad extractiva. Sin embargo, esta bonanza choca con una problemática global: el mercado internacional ha experimentado una caída sostenida en los precios del langostino durante los últimos tres años.

La sobreoferta de camarón de cultivo, que ya supera los 1,2 millones de toneladas, ha desplazado al producto argentino en varios mercados estratégicos. Además, la demanda china de langostino procesado proveniente de la zona FAO 41 se ha reducido mucho, dificultando aún más la comercialización.

En este contexto, la acumulación de stock en cámaras frigoríficas es cada vez más preocupante. Sin este escenario adverso, la industria pesquera en Chubut podría beneficiarse de nuevas inversiones, pero la elevada carga impositiva y los costos en dólares de la mano de obra limitan su competitividad. Aunque el gobernador Ignacio Torres ha manifestado su intención de impulsar el valor agregado en el sector, los costos operativos siguen representando un grave obstáculo para la industria local.

Parálisis en Conarpesa por conflicto con el gremio marítimo

A esta coyuntura se suma un nuevo conflicto entre el sector empresario y el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU). El presidente del Grupo Conarpesa, Fernando Álvarez Castellano, decidió suspender la actividad de su flota en Rawson tras un fuerte enfrentamiento con el gremio.

El empresario, criticó la negativa del sindicato a permitir la salida de los buques debido a la celebración de la «fiesta de los pescadores» fue el detonante de la medida. Álvarez Castellano denunció que trabajadores ya embarcados fueron obligados a desembarcar debido a presiones sindicales.

En respuesta, tomó una determinación tajante: paralizar por completo la temporada de pesca de langostino para su empresa. Esto ha dejado a más de 30 tripulantes fuera de actividad, reavivando las tensiones entre el sector empresario y el sindicato.

Mientras tanto, el puerto de Rawson sigue registrando cifras récord de descargas, alcanzando ya las 106.700 toneladas de langostino. No obstante, la falta de espacio en los almacenes frigoríficos y la caída en la demanda internacional amenazan con frenar la dinámica del sector.