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En el marco del primer programa del año de GlobalPorts Economía&CoMex, titulado «2025: La Hora de la Apertura», el economista Pablo Moldovan, de CP Consultora, analizó junto a Diego Bercholc las distintas fases del programa económico del gobierno de Javier Milei y los desafíos que enfrenta Argentina en el frente externo.

«Nosotros ordenamos el proceso de desinflación en tres etapas, porque ha sido un proceso bastante agresivo y positivo para la economía argentina. Entender estas fases nos ayuda a analizar qué variables lideraron el proceso y qué podemos esperar hacia adelante», explicó Moldovan en el inicio de su intervención.

Pablo Moldovan, de CP Consultora y Diego Bercholc de GlobalPorts

Tres etapas del programa económico

Según el economista, el plan de Milei tuvo tres fases bien diferenciadas:

  1. La fase del ajuste (diciembre 2023 – abril 2024): 
    Estuvo marcada por un ajuste fiscal agresivo, con una fuerte devaluación, la implementación del Impuesto PAIS, restricciones a importaciones y un endurecimiento de los controles cambiarios. «Fue un período de mucha tensión social, con inflación acelerada en un primer momento, que luego comenzó a moderarse producto de la recesión” señaló Moldovan.
  1. La fase de estabilización (abril – septiembre 2024):
    El gobierno moderó el ajuste y apostó a la desinflación a través del ancla cambiaria, es decir, manteniendo estable el tipo de cambio. «Aquí se intentó bajar la inflación congelando el dólar, pero las dudas sobre el proceso económico empezaron a crecer. La inflación entró en una meseta en torno al 4% mensual, sin señales claras de que pudiera seguir bajando”  explicó.
  1. La fase del blanqueo y la credibilidad cambiaria (desde septiembre 2024):
    El ingreso de 20.000 millones de dólares por el blanqueo de capitales le permitió al gobierno reforzar su política cambiaria. Moldovan argumento que  «El blanqueo fue mucho más exitoso de lo que cualquiera esperaba y aportó dólares al mercado, fortaleciendo la estrategia del gobierno. Hoy estamos en esta fase, donde la clave es ver si el gobierno puede sostener este esquema cambiario a lo largo de 2025”

¿Puede continuar la desinflación en 2025?

Diego Bercholc retomó la explicación y planteó el interrogante central: «El objetivo número uno del gobierno es bajar la inflación. En las últimas semanas vimos cómo redujeron el crawling peg al 1% mensual, con la idea de que la inflación se estabilizó en torno al 25% anual. La pregunta es: ¿puede el gobierno continuar con este proceso en 2025?».

Moldovan respondió que el gobierno está haciendo un esfuerzo importante para que la inflación mensual baje del 2%. Sin embargo, advirtió que aún falta definir el esquema cambiario para el resto del año. «Cuando hacemos las cuentas, vemos que Argentina todavía necesita dólares para cerrar bien el año. Si el gobierno no consigue financiamiento externo, el actual esquema cambiario podría volverse insostenible en el segundo semestre de 2025”.

El economista explicó que el gobierno tiene tres caminos posibles:

  1. Buscar financiamiento externo: Puede recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) o intentar colocar deuda en el mercado privado. «El problema con el FMI es que históricamente ha sido crítico del esquema cambiario argentino, por lo que no está claro si aceptaría financiar el modelo actual».
  1. Reestructurar la política cambiaria: Se podría flexibilizar el cepo cambiario, pero eso podría generar presión sobre el dólar y la inflación.
  1. «Aguantar» con medidas de corto plazo: «El gobierno ha demostrado ser pragmático. Medidas como la baja de retenciones al agro no resuelven el problema estructural de los dólares, pero le dan aire al primer semestre. Esto puede servir para ganar tiempo mientras busca soluciones más definitivas”.

La apertura comercial y la sostenibilidad del sector externo

Bercholc también abordó la sostenibilidad del sector externo, señalando que el modelo económico sigue dependiendo del cepo y del control cambiario. «El blanqueo ayudó a recomponer reservas, y Vaca Muerta sigue aportando divisas, pero el modelo todavía se sostiene con restricciones. Además, la reactivación económica y la apertura comercial pueden aumentar la demanda de dólares para importaciones. ¿Podrá el gobierno levantar el cepo este año?», preguntó.

Moldovan destacó que, aunque el blanqueo ayudó a generar dólares, la cuenta corriente argentina sigue siendo deficitaria. «Los dólares genuinos, los que vienen del superávit comercial, siguen siendo insuficientes. En cambio, el mercado se está sosteniendo con dólares financieros, es decir, deuda del sector privado. Esto genera una fragilidad en el modelo: si ese flujo se revierte, la presión cambiaria puede aumentar rápidamente”.

También advirtió que 2024 fue un año excepcional en términos cambiarios, y muchos de los factores que ayudaron a la acumulación de reservas no estarán presentes en 2025:

  • El efecto de la devaluación se diluye.
  • Las restricciones a importaciones empiezan a flexibilizarse.
  • La apertura comercial puede generar mayor demanda de dólares.

«El gobierno está buscando cerrar un acuerdo con el FMI y bajar el riesgo país para conseguir financiamiento. Pero si no logra garantizar la entrada de dólares suficientes, 2025 puede ser un año difícil», concluyó Moldovan.

Un año de definiciones económicas

Para cerrar el bloque, Bercholc destacó que las próximas decisiones del gobierno serán clave para la sostenibilidad del modelo. «Si el gobierno consigue financiamiento externo, puede sostener el esquema cambiario y seguir bajando la inflación. Si no lo consigue, tendrá que elegir entre seguir con el cepo o enfrentar una posible corrección del tipo de cambio”.

Con este análisis, GlobalPorts Economía&CoMex abrió el debate sobre los desafíos de 2025, en un contexto donde la política económica argentina sigue enfrentando interrogantes sobre su sostenibilidad y su integración al comercio global.